♦ Capitulo 9 -Midoriko parte I

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Capitulo ambientado en el episodio 26 del anime.

«Me volveré loca, quiero volver a casa, no quiero saber nada de una perla desgraciada»

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«Me volveré loca, quiero volver a casa, no quiero saber nada de una perla desgraciada». Canto mentalmente Karin mientras se encontraba sentada al lado de Miroku. Todos habían terminado en una aldea de exterminadores de demonios para obtener información sobre la perla de Shikon; sin embargo, ninguno tuvo en cuenta que el lugar estaría destruido y con varios cadáveres de las personas que habitaban ese lugar.

La situación empeoro cuando se toparon con la última sobreviviente de la aldea, que fue engañada por Naraku e intento atacar a Inuyasha. Sintió pena por Sango, fue engañada y lastimada por un bastardo, perdió a toda su familia y ahora se encontraba inconsciente por las heridas que había intentado curar gracias a una fusión de plantas medicinales que Kaede le había enseñado. Aquella chica parecía tener la edad que su pequeña hermana menor o incluso un año mayor. Sin embargo, puedo simpatizar con ella y tuvo la misma sensación de sobreprotección como la que tenía con su familia.

Suspiro con cierto estrés, de pronto, la gatita que pertenecía a Sango, Kirara, se colocó en su regazo y le ronroneo frotando su cabeza en su brazo. No pudo evitar caer ante el encanto de la extraña gatita y la mimo con varias caricias.

Miroku miro a su acompañante que sonreía genuinamente mientras acariciaba a Kirara.

—¿Asique mi querida prometida es la clase de persona que huye del afecto humano pero que ama a los animales? —insinuó con un tono descarado.

Karin dejo de mirar a la gatita para posar su mirada en el monje.

—Que puedo decir, soy algo mala cuando se trata de las relaciones amorosas —sonrió ella de forma traviesa mientras veía a Kirara alejarse de ella—, por eso, mi hermana nunca me pide consejos.

—¿Quieres que te enseñe como se hace? —sugirió Miroku sonriéndole.

La azabache soltó una suave risa encontrando divertida la situación.

—Inténtalo, pero déjame advertirte que soy una alumna muy mala.

En ese momento, Inuyasha apareció con un gran pedazo de madera para la hoguera que se encontraba en frente de Karin y Miroku, por lo que se interpuso entre esos dos.

—¿Qué están haciendo? —Inuyasha los miro con ojos recelosos sobre todo a Miroku.

—Charla de adultos, Inu —contesto Karin—. No lo entenderías.

—Exacto, los niños no lo entenderían —dijo Miroku.

—¡Keh! En vez de hablar mejor despierten a esa chica Sango.

—No es bueno obligar a despertar a una persona, Inuyasha —le advirtió Karin—. Sus heridas eran severas es preferible dejarla descansar hasta que ella misma despierte.

—Hay que despertarla, ella sabe dónde se encuentra Naraku —dijo Inuyasha lanzado la madera al fuego—. Dice que no recuerda bien el lugar de ese palacio, pero si estamos por esos alrededores seguro recordara alguna pista.

Karin HigurashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora