Al terminar su periodo de intercambio en Suiza, Karin Higurashi vuelve a su hogar justo a tiempo para el cumpleaños número quince de su hermanita, sin saber que pronto su vida no sería normal como antes. ¿Quién hubiera pensado que viajar en el tiemp...
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—¡Señorita Karin! ¡Señor Jaken! Miren hay un rio, podemos pescar.
—¡Espera, Rin! No te alejes —dijo Karin corriendo rápidamente tras la niña para no perderla de vista mientras escuchaba a Jaken quejarse.
A llegar al rio donde se encontraba Rin, Karin se dio cuenta que esta se encontraba estática y luego miro hacia delante donde veía la niña para encontrarse dos personas y una manada de lobos. Instantáneamente se puso pálida y toco su brazo derecho, aunque no conocía a esos dos seres, si conocía perfectamente a los lobos que le mordiendo el brazo y que también habían atacado a Rin.
En ese momento, había llegado Jaken posicionándose al lado de las dos humanas.
—Señor Jaken —llamó Rin y se escondió detrás del pequeño demonio.
Jaken observo la situación viendo a los lobos y Karin quien se encontraba en silencio sosteniendo su brazo derecho, lo que era raro para el teniendo en cuenta que aquella humana era capaz de desafiar cualquier peligro incluido a su amo. Luego recordó perfectamente que tanto aquellas dos humanas habían sido atacadas por los lobos.
—¡Escuchen lobos! Espero que vayan de aquí —ordenó Jaken.
Karin volvió en sí, cuando escucho el grito de Jaken y esta vez miro a los lobos sin miedo.
—¿Y por qué? ¡¿Quién demonios crees que somos?! —dijo uno de los demonios lobo—. Somos las manos derecha e izquierda del poderoso comandante Koga —ante la mención del nombre, Karin, presto atención—. Soy Hakkaku el gran guía.
—Y yo el sonriente Ginta —dijo el otro demonio lobo.
Al terminar ambos hicieron unas poses ridículas.
—Ustedes son los que tendría que ponerse a temblar ante mi presencia, he estado al servicio del amo Sesshomaru por muchos años y me considero como uno de los mejores hombres. Tengan el honor de conocer a Jaken y su maravilloso báculo.
La azabache se encontraba incrédula que Jaken se prestara para esa ridiculez junto con una presentación vergonzosa. Después de haber presenciado todo, llego a la conclusión que aquellos dos demonios no era un peligro real.
—Estas exagerando —dijo Hakkaku.
—Jamás había escuchado tu nombre, ni el de Sesshomaru —reveló Ginta.
—Pretenden burlarse del Amo Sesshomaru —Jaken preparo para usar su báculo.
—¿Quieres pelear? Pues ven y hazlo —provocó Hakkaku.
Ante la posible pelea, Karin intervino posicionándose en el medio y acercándose a aquellas dos personas mientras los lobos le gruñían causándole un poco de miedo.
—Ya dejen de hacer escandalo —regaño ella.
Los dos lobos la observaron cautelosos y curioso por sus ojos claro.