Entre toques de nostalgia y calidez de hogar, el peliazul frotaba sus manos frente al calor de la estufa; contemplando como el fuego, deshacía en pedazos todo lo que se le acercase demasiado, pero a la vez producía un sentimiento mucho más reconfortante, tras arrimarse aún más.
Era como el chico que en la cocina se hallaba; ayudando a Lisa a cocinar, y hablando a la vez con Henry sobre temas triviales, desde su perspectiva. Mientras tanto, recordaba con nostalgia el pasado, pero no yendo muy lejano, sino precisamente, el día en que la forma de ver aquello que ambos tenían, cambió para ser algo más... ¿serio?
Bueno, así se lo había contado el rubio.
. . .
Con nerviosismo caminaba de un lado a otro por el pasillo, mientras la castaña intentaba animarlo a dar aquel paso, y el pelirrojo usaba su mejor repertorio de palabras tranquilizadoras. No, no se sentía listo para ir y mirar de frente a aquel atrevido peliazul, y posteriormente mostrarse vulnerable ante él, tras entregarle como venía a su cabeza aquella confesión, junto a obviamente, su corazón.
Además, no era una simple nota, por Dios, tenían diecisiete años, ¿hasta cuándo se expresarían por cartitas o poemas, y no por palabras dichas en el momento? Así lo hacían el resto de chicos de su edad, tras intentar ennoviarse con alguien, ¿no?; ¿una confesión dicha en palabras mientras la otra persona pensaba en cómo tomársela?
─¡Vamos, Travis, sé que puedes!, después de todo, ¿no es Sal Fisher a quién esperas convencer?─.
─Sí... y ese es el problema, no sé como se lo tomará─.
─Por Satán y su madre, no me jodas, Travis, seguro estaba esperando a que se lo preguntaras de una vez─ habló el castaño, aún apoyado cómodamente contra el casillero.
─No lo presiones, Larry, no siempre es tan obvio para quien intenta confesarse─ habló el pelirrojo, reconfortando indirectamente al rubio ─Escucha Travis, sé que parece difícil, pero mientras digas las cosas como te salen del corazón, estarás siendo sincero, y mientras seas sincero, menos culpa o vergüenza sentirás luego de la respuesta que te dé Sal. Enserio, él de por sí es honesto, nunca te mentiría─.
─Lo sé... pero no quiero que se mienta a sí mismo tampoco. Espero no esté confundido cuando... le diga lo que quiero decirle─.
─Bueno, eso lo sabrá él, por ahora deberás hacer lo que hacen todos: confesarse y esperar una respuesta sincera. Lo que sea que te toque después, deberás aceptarlo, pero es obvio que no te romperá el corazón la respuesta─.
─Gracias, Ashley... Gracias a todos─.
─Vamos, viejo, échele ganas que se puede─ habló el castaño, moviendo animadamente los hombros del rubio con sus manos ─Te le declaras y listo, tendrán su romance de telenovela ya con la etiqueta correcta─.
─Eso que dijo Larry─ habló esta vez la castaña; acariciando los rizos del rubio ─Tú puedes, elegiste un buen partido, y sabrás hacer lo correcto─.
─Exacto─ acotó el pelirrojo, aún de brazos cruzados y mirando al grupo a un metro de distancia ─Todo saldrá bien, ánimos, Trav─.
─Gracias... por cierto, ¿dónde está Sal?─.
─Ah, seguramente en la entrada de la escuela. Dijo que necesitaba respirar aire fresco─ comentó el castaño; revisando dudoso su teléfono ─Hace como veinte minutos que está afuera─.
─Bien, ya es hora entonces... De nuevo, gracias por todo─ el rubio comenzó a caminar, con la mirada alta y tratando de no verse muy nervioso.
─No hay de qué, para eso están los amigos─ habló la castaña, despidiéndose con una sonrisa animada del chico.
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Superfluo -【Sally Face】
Fanfic"𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐮𝐧 𝐧𝐞𝐟𝐢𝐥𝐢𝐦. 𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐮𝐧 á𝐧𝐠𝐞𝐥, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐦á𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐮 𝐚𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñ𝐚𝐧𝐭𝐞, 𝐲 𝐬𝐢 𝐚𝐬í 𝐥𝐨 𝐯𝐢𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞, 𝐧𝐨 𝐝𝐢𝐫í𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐭𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐞𝐬 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐟𝐥...