Mr. Mark Smith

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Me arme de valor y la mire.

-Recuerda ese día que te llamé y te hice una pregunta- ella dudo un poco

-¿El día que cortaste la llamada de golpe?- asentí

-Me preguntaste si quería ser madre y te dije que si- ella tomo mi mano

-Bueno desde mis 20 años me entere que soy estéril- sentí mis ojos arder al ver que ella no reaccionaba

-Jamás podré darte la familia que deseas Leah- sequé una lágrima traviesa

-Jamás podré ver correr por este apartamento un hijo mío biológico diciéndome papá- sollocé con dolor

Mire mis manos mientras mis lágrimas caían.

Sabía que había llegado el momento en donde ella me dejaría por completo.

Para mi sorpresa me abrazó mientras lloraba conmigo.

-No importa si no podremos tener hijos biológicos, podemos adoptar- la mire con lagrimas

-¿Realmente no te importa esto?- nos señale

-Para nada, te quiero demasiado y no me importa si no puedes tener hijos – sonreí mientras ella secaba mis lagrimas

-Lo importante es que nos hablemos todo Mark, si queremos ser una pareja en un futuro debemos ser sincero los dos- asentí

-¿Esto era lo que te atormentaba siempre?- asentí

-Pues que no te atormente más, estamos juntos en esto- asentí para besar su mano

En definitiva, ella era increíble.

-Te haré el almuerzo- tome su mano para acercarla más a mi

-Yo te cocinare hoy- bese sus labios

-Gracias por confiar en mí- sonreí

-Gracias a ti por no dejarme como siempre me han hecho en mi vida- acaricie su mejilla

Luego de esa charla sentí que algo había cambiado entre nosotros.

Leah se mostraba un poco más cariñosa conmigo.

Todo el día juntos fue maravilloso.

Ella se mostró madura en relación con mi situación.

-Alexander lo sabe- la mire

Los dos estábamos en el sofá recostados luego de comer.

-Si fue una de las personas que se enteró más rápido, aunque me tarde años en comentárselo por vergüenza- acaricie su mano

-Me alegra saber que me lo dijiste- sentí como con su dedo índice hacia círculos en mi pecho.

-Sabes que, aunque lo queme guinda no pueda darme hijos continúa teniendo sensaciones- reí mientras que con sus caricias sentía como mi miembro tomaba un gran tamaño.

-Lo se, pero quizás quiero usarlo- se mordió su labio

-Por dios Leah- me separe mirándola

-Quizás quiero darte la bienvenida a casa como te mereces- se sentó sobre mi

-Una vez iniciemos no daré un paso atrás- apreté su cadera para que me sintiera

-No quiero dar ese paso atrás- mordí mi labio mientras ella me sonreía

Comencé moviendo sus caderas sobre mi miembro mientras dejaba que ella me besara a su antojo

-Vamos a la cama- gemí mientras intentaba levantarme, pero ella ponía presión sobre mi.