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-¿Cómo te fue con Alexander?- negué mientras esperábamos la comida

-Nada bien, el no esta en sus cabales- confesé

-Me preocupa un poco todo esto de estos dos- asentí

-Es una de esas veces que veo que algo le pega tan fuerte- la mire

-Es que no entiendo que realmente pasó ahí- negué

-Solo quiero encontrarla, para que me devuelva la sonrisa de Alexander- tomé su mano

-Si se algo de ella te lo diré- asentí

-Aunque ahora lo tengo solo para mí- levanté mis cejas

-Mark- Leah me golpeo riendo

-Sabes que el es mi amor platonico- confesé riendo

El mesero volvió con nuestra comida y hablamos de nosotros.

Comenzamos a estipular entonces lo que queríamos hacer como pareja o las cosas que todavía nos faltaban cumplir como personas individuales.

Pasaron unas semanas y podríamos decir que Alexander estaba peor.

Me dolía mucho verlo así.

-Alexander- entre en su habitación y apestaba a alcohol.

Lo único bueno de todo esto es que es sábado.

Lo levanté como pude de su cama para llevarlo a su ducha.

Sin pensarlo mucho lo metí con toda su ropa en la ducha fría.

-Pero que carajos – se quejo mientras se mojaba

-Mark- entro mi suegra

-Todo bien , solo ducho al animal- la mire

Ella estaba preocupada

-Me llevaré a Cailin al parque- asentí y esperé a que ella saliera

-No puedes seguir así- me queje

-Cómo quiere que no lo esté así, si me abandonó- su voz subió un poco

-Quitate la peste que tienes mientras limpio tu habitación- asintió quedándose sentado bajo el agua

Su habitación estaba llena de botellas de alcohol todo el tiempo.

-Por dios Blake- me queje limpiando todo

La habitación estaba hecha un asco.

Saque la ropa de la cama para limpiarla.

-No se que me pasas- cruce mis brazos

-Se llama desamor amigo, ya pase por esa etapa muchas veces- sonreí

Mi vida en un pasado había sido así, cuando llegaba a mi casa todo era oscuro no había ni una luz que alegara mi día.

-No pensé que pegara tanto- susurro buscando su ropa

-Amigo cuando nos enamoramos es posible terminar heridos- me dolía verlo así

Su semblante en estos momentos era muy malo.

-Debes afeitarte esa barba- acaricie su quijada

Asintió con sus ojos llenos de lágrimas

-Ven- abrí mis brazos para abrazarlo

El estaba medio vestido

Al principio era un simple abrazo, pero comenzó a llorar

-Tienes una princesa que criar Alexander, se que te enamoraste mucho de ella, pero la vida continua. Ella se fue y se que duele porque no sabes que paso o no puedes explicarte- golpee su espalda suave

Mr. Mark SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora