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-¿Estas bien?- pregunto por cuarta vez y solo asentí

-No tomes su comentario como algo real- tomó mi mano y sentía como mis lagrimas amenazaban por salir

-No quiero llorar- susurre, pero fue difícil

Tenía como un nudo en la garganta que dolía demasiado.

-Se que no fue la mejor frase del universo, pero no le hagas caso- las lagrimas comenzaron a bajar por mi mejilla

-Se paso con lo que me dijo- solloce

-Se que jamás podré ser padre de mis propios hijos, pero no es para que me lo saque así en cara. Me enteré hace poco sobre lo de Leo y se enoja así conmigo. Pague una puta multa que me deja pobre por salvarle el culo y así me paga- golpee el guía mientras esperaba en una luz roja

-Ve al gimnasio- la mire confundida

-Hazme caso- sonrió tomando mi mano

Asentí mientras cambiaba mi rumbo.

Cuando llegamos ella me llevó a su locker.

-Siempre tengo ropa para ti por si vienes- sonrió y me la paso

Fuimos a baños distintos en donde nos cambiamos.

-Ven- tomó mi mano para llevarme al área en donde había unos sacos de boxeo

Ella pidió unos guantes y me los paso.

-Quiero que todo ese dolor que tienes lo descargues aquí- golpeo el saco

-No eres un Mark que anda siempre triste- dijo mientras esperaba que lo golpeara

Di el primer puño con cierto miedo.

-Dale mas duro, saca ese enojo- asentí

Comencé a golpear el saco.

-No te tienes que enojar conmigo- golpee el saco

-Puedo ser un gran papá, aunque mi mujer no este embarazada- volví a golpearlo

-No tienes porque recordarme mi dolor siempre-

-Solo quería estar seguro antes de decirte algo-

-Quería pruebas contundentes-

Los golpes eran más rápidos.

-No te quería lastimar- solloce

-No quería que me lastimaras tampoco- mi mirada se nublaba por las lágrimas

Mis golpes contra el saco iban uno tras otro.

Leah me miraba desde una esquina en silencio.

Sentía como el sudor ya era parte de mi.

-Detente amor- sentí su mano en mi hombro

Me tranquilice un poco

-Sé que lo que te dijo te lastimo mucho- tomo mis manos para quitarme los guantes.

-Pero también sabes que lo dijo bajo un momento de coraje, no lo quiero justificar, pero su amistad es mucho más fuerte- la mire

-Vamos a casa- ella asintió

Fuimos a buscar la ropa con la que llegamos para irnos a nuestro apartamento.

Allí me bañé primero que ella para poder calmarme y no pensar en lo que él me había dicho.

-Haré la cena- le notifique

Era mi momento de relajarme.

El timbre sonó y me acerque a la puerta.

Mr. Mark SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora