Mr. Mark Smith

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Los meses pasaban con cierta prisa para mi gusto.

Con Leah nos habíamos gozado cada proceso del embarazo.

-Vamos amor puja- nos encontrábamos en la cama practicando antes de dormir

-1,2,3, PUJA- ella hacia la mímica como si lo hiciera

-Recuerda que debes respirar- ella asintió

-También no seas perezosa amor, tienes que caminar un poco para que el nacimiento sea más llevadero- ella sintió

-Me colocas la crema- asentí para ver como ella alzaba su camisa

-Hola princesa es papá- hable mientras colocaba crema en mis manos

Esta era para que no tuviera tantas estrías.

-Ya queda poco para que nos conozcamos mi reina- sonreí

-Ahora se mueve más cuando le hablas- la mire sorprendida

Podía sentir como se movía suave dentro del interior de Leah.

-¿Te duele?-

-Un poco porque ahora es más grande- susurro

-Verte así se me hace tan sensual- mordí mi labio inferior

-No te calientes que no podemos hacerlo hasta dos meses después que tenga a la bebé-

-Markita- ella me golpeo con un almohada

-Layla Victoria- me corrigió

-¿Qué tienes mañana?- pregunto

-Tengo unas reuniones temprano y después puedo volver a casa ¿porque?-

-Para saber, ahora estamos tan cerca de los nueve meses que en cualquier momento esto puede explotar- me reí

-Pues que espere hasta los nueve meses para que llegue bien-

Deje un beso en el centro de su abdomen.

-Solo dos semanitas- susurro

Cerré la crema para bajarle la camisa y colocarle la almojada a su lado

Ella recostó la barriga mientras intentaba dormir.

Como cada noche coloque una barra de cereal y un vaso con agua.

En la madrugada siempre le daba el mismo antojo.

Busque las medias peludas que le encantaba y se las coloque.

-Te amo- sonreí

-Yo mas a ti-

Luego fui al baño en donde hice mis necesidades, pero dejé la tapa bien colocada para cuando ella se levantara con ganas de hacer pis.

Ella estaba por quedarse dormida mientras yo me encargue de limpiar toda la casa y no dejar nada mal puesto.

Un mal tropiezo podía ser crucial en estos momentos.

Luego de una hora limpiando y recogiendo me acosté a su lado.

-Amo lo considerado que eres cada noche- bese su frente

-Quiero lo mejor para ustedes-

Ella se giro para pegarse a mi.

Era la única forma que podíamos dormir juntos.

Coloque mi mano en su abdomen lo que se había vuelto nuestra forma de quedarnos dormidos.

***

La mañana había sido como siempre.