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Una semana más en Buenos Aires y de cierta forma me mantuve ocupado para no pensar más en mis fallas.

Con Leah las cosas estaban en pausas, por esta semana no había respondido sus llamada notificándole que estaba ocupado.

-¿Qué te pasa?- Rebeca me tiró con una bola de papel

-Nada- sonreí nervioso

-Claro y yo no estoy embarazada- reí mientras pasaba mis manos por mi cara

-No se como decirle a la chica que me gusta que no puedo hacerla mamá- mire mis manos nervioso

-Es un tema que cuando nosotros estuvimos sexualmente juntos me lo dijiste sin anestesia y creo que fue lo mejor- sonrió

-Si, pero con ella es diferente. Sin lastimarte a ti no te veía como una persona con la cual quiero pasar toda mi vida, con ella es muy distinto- dije honesto

-Vale, entonces qué te pareces si tienes una noche de sincerarse- acaricio su barriga

-¿Si me deja?- ese era mi temor más grande

-No te dejará si realmente te ama-

Rebeca podía ser muy positiva en un punto mientras yo solo veía lo negativo.

Continuamos hablando un poco de todo y del trabajo que estaríamos haciendo juntos.

-Bueno ahora si oficialmente trabajaremos juntos- sonreí al ver su firma en el contrato

-Me parece precioso- sonreí tomando el contrato

-Mark debes hablar con ella sobre tu situación allá abajo- asentí

-Veré cómo hablo con ella- Rebeca asintió sonriendo

-Bueno te dejo trabajar, debo continuar con mis labores aquí- ella asintió

Me despedí de ella con un beso en su mejilla y salí de su empresa.

Me devolví a mi hotel.

Tenía que subir el contrato de forma digital para que lo tuvieran en la empresa mientras llevo el original.

En mi correo electrónico había recibido varias invitaciones para cenas aquí en Buenos Aires.

-Tremendo debo salir hoy- me queje

Había uno de los socios más importantes de nuestra empresa que quería encontrarse conmigo acá.

-Debo descansar unos minutos mientras pueda- cerré mi ordenador y me saque mi saco y los zapatos.

Me tire en la cama dispuesto a dormir.

***

Una puta hora llevaba sentado en el restaurante esperándolo.

-¿Desea una bebida al menos?- preguntó la mesera por la décima vez que venía a mi mesa

-Si, un trago fuerte- ni la mire

Quería matar al socio que me había dejado esperando tanto.

Mientras esperaba por el socio mi celular vibró.

Había recibido todo lo que Alexander quería hacer para pedirle a Madison que fuera su novia.

-Wow- me sorprendí al ver todo lo que quería hacer

Con mi celular comencé a hacer contactos para lograr que se pudiera concretar su más anhelado deseo.

Mientras escribía a diferentes personas la mesera dejó un trago frente a mi.

Mr. Mark SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora