Narrador
¿el cenizo era sencillo? No, claro que no, ¿pero le gustaba ser tratado con delicadeza? ¡Ja! Menos.
—¿me lo repites?, es que con sus gritos pues como que no entiendo muy bien que digamos —dictó el mayor de los Todoroki irritado por los gritos del gato que lanzaba ollas y lavaba platos— según yo estas cosas las hacen las mamás, y que yo sepa no es tu madre o la mía.
—no, no lo es. —respondió, los gritos no lo inmutaban pues estaba acostumbrado a ellos. Encendió el televisor y tomó el mando inalámbrico— Bakugou viene seguido, a cocinarme para ser preciso, tiene una extraña obsesión con la cocina y créeme cuando te digo que no hay comida mas deliciosa que la suya.
No mentía, el rubio amaba cocinar y no era secreto para nadie, claro que no le molestaba cocinar para el mitad albino pues este comía cualquier cosa sin queja alguna.
Shouto inició su juego y miraba fijo la pantalla mientras el azabache daba vueltas, caminaba de un lado a otro arto de los gritos del gato.
«si no fueras un pequeño gato amargado ya te habría plantado un golpe»
Pensó el mayor apretando su camisón, entonces viro la mirada hasta su hermano el cual murmuraba algo.
—tres... Dos... Uno... Paz —canturreó el chico casi concentrado en su juego, Touya enarcó una ceja confundido. Cuando dijo "paz" los gritos del cenizo se detuvieron, el menor volteó y miró a su hermano con una pequeña sonrisa simple, según el pelinegro su hermano no era muy expresivo así que su sonrisa era extraña— siempre hace eso, se toma un tiempo y cuando empieza a cocinar se concentra. Incluso habla solo, ve a darle un ojo.
Obedeció casi al instante, le intrigaba validar la nueva información sobre el oji rubí. Para su sorpresa su hermano menor tenia razón, el rubio se encontraba debatiendo en el refrigerador, hablaba entre dientes pero no escuchaba bien sus balbuceos, entonces la profunda mirada carmín cayó sobre el causándole un pequeño escalofrío en la espalda.
¿eh? ¿Deja vu?
—necesito la hora, ve a verla y dímela.
No entendía porque pero sintió que debía obedecer, caminó hasta su hermano el cual había dejado su teléfono a un lado. Lo encendió, miró la hora, y volvió con el gato cocinero.
—doce treinta y cinco, ¿por que? —preguntó a lo que el rubio volvió a susurrar mirando la nevera y volvió a mirarlo fríamente— oye, enserio, cierra el refrigerador, no puedo diferenciar cual es más frío.
—cállate idiota ¿alguna alergia? Maní, nueces, ¿intolerante a la lactosa? ¿yodo, mariscos?
«¿no quieres saber también mi tipo de sangre gato irritante?»
El mayor pensaba que se trataba de una broma pesada ¿sino por que le estaría preguntando esas cosas tan extrañas si recién lo conocía?
Suspiró pesadamente tratando recordar algunas alergias pero solo recordó cuando se intoxicó por comerse una pizza vieja a causa de una apuesta con sus amigos, sin embargo, no sabia si eso contaba como una alergia. Optó porque no lo era.
—no... que yo sepa —habló titubeante a lo que el menor asintió y empezó a sacar comida del refrigerador— ¿Qué vas a hacer?
—comida tarado, algo que en tu puta vida, muy seguramente, jamás haz logrado hacer —respondió rápido y directo, el contrario abrió la boca para hablar pero él no lo permitió pues había entrecerrado sus ojos amenazante— preparar cereal o fideos en el microondas no, no cuenta.
Cerró su boca resignado. Tenia razón, siempre que intentaba cocinar solo causaba desastres, se sentía un idiota por eso pero no lo demostraría así que solo le quedaba burlarse sarcásticamente del rubio.
—¿y que hay de ti? ¿acaso naciste cocinando o algo así? —Todoroki se afirmó sobre el marco de la puerta cruzado de brazos, por su parte Katsuki sacaba un algunas verduras y carne.
—Cuando tenia cinco todos los niños de mi clase querían una jodida figura de acción de veintiséis centímetros que lanzaba láseres desde sus hombros, y soltaba chicle cuando abrías su estúpido peinado, —habló el cenizo calmadamente mientras empezaba a lavar sus verduras— sin embargo, yo quería una castey de titanio, acero inoxidable y antiadherente clásico que estaba de oferta en la tienda donde mi madre hacia sus compras, dime, ¿tu que crees?
Sonrió algo sorprendido por la respuesta del contrario, el oji rubí lo miro por unos cortos segundos en los cuales no respondió, entonces asumió que no lo haría y que debía concentrarse en su trabajo.
Empezó por la carne, según Touya la fileteaba como todo un profesional, bastante impresionante debía admitir, luego de abrir la carne con gran precisión la metió en una taza de vidrio donde empezó a verter varios tipos de salsas y condimentos.
«¿eso se le pone a la carne? Pensaba que con sal era suficiente»
El rubio se lavó las manos para luego empezar a revolver la carne con su mano derecha, se detuvo de un momento a otro y volvió a lavarse las manos, buscó entre los cajones lo que parecía un rollo de plástico y tapo la carne con el mismo.
—lo dejaré ahí treinta minutos, mientras tanto puedo picar las verduras, si. —susurró a la nada, dejo el tazón en la nevera y se dispuso a cortar algunos vegetales.
Sinceramente estaba sorprendido, él que llevaba una semana viviendo con su hermanito no conocía la cocina como el gato rabioso.
—¿por que de repente estas viviendo con el helado de fresa bastardo? —preguntó el cenizo sin despegar su mirada de la cebolla en sus manos, al terminar de picarla sacó una sartén y encendió la cocina.
—¿por que debería darte explicaciones cuando me estas diciendo bastardo?
Chasqueo la lengua y tiró la cebolla en la sartén, entonces siguió cortando lo demás.
—sabes que, no me lo digas, tu hermanito el puto me lo dirá. Si vas a estorbar sal de mi cocina —sentenció mirándolo con el ceño fruncido, para asombro del mayor este no había dejado de picar a pesar de que su mirada estaba en él y ciertamente no perdía la precisión.
Fantástico, tiene un sexto sentido aparentemente.
El azabache suspiro y negó con la cabeza— hace tiempo, habría de tener tu edad, digamos que nunca tuve una buena relación con el viejo así que a la primera que me dieron la opción de largarme al extranjero lo hice sin dudar —recitaba mirándolo cocinar, el más bajo había puesto su mirada en la sartén, pero su atención estaba en el oji turquesa— estudié allá los últimos años de la preparatoria y la universidad, me gradué con honores y cuento con dos títulos, estaba empezando un post-grado cuando mi madre enfermó y me trajeron de vuelta a Japón, pero ¿Qué te digo? Mis hermanos son unos exagerados y mi madre muy propensa a enfermarse, ahora me estoy quedando con Shou hasta que vuelva a L.A.
El menor lo había escuchando atentamente, lo miraba de vez en cuando pero no permitía que su comida se quemara, una vez apago la cocina empezó a picar más cebolla y sin darse cuenta ya estaba cocinando algo de arroz sorprendiendo al mayor de los Todoroki.
—básicamente me estas diciendo que eras un niño rebelde pero listo al que mami y papi no dieron atención porque tenían otros tres engendros menores y como los extrañabas, pero eres lo suficientemente orgulloso para admitirlo, aprovechaste la oportunidad en la que te dijeron "madre está enferma" para venir lo mas rápido posible, y ahora estas destruyendo mi cocina con la intención de que tu querido hermanito menor piense que realmente haces un intento Inútil para encajar de nuevo y te tenga algo de empatía —fue rápido, seco y con demasiada razón para el gusto del mayor— ¿me equivoqué?
—¿tal vez? —sonrió a lo que el cenizo negó y puso las hortalizas en un tazón de vidrio más grande— ¿Qué vas a estudiar? Sabes, en psicología no te iría tan mal, eres rápido analizando.
Bakugou empezó a verter algunos aceites en el tazón para luego cortar un limón y exprimirlo en la misma, le puso sal y la dejó a un lado.
—Nah, voy a ser stripper.
—¿stripper?
—Stripper.
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𝗧𝗶𝗿𝗲𝗱 𝗼𝗳 𝘆𝗼𝘂 || 𝒅𝒂𝒃𝒊𝒃𝒂𝒌𝒖
RomanceLa diferencia de edades no era el problema en sí. El poder cuidar de aquel menor era su deber y nadie lo impediría. || Fanfic DabiBaku (dabi x bakugo) || Bakugo: Bottom Dabi: Top Este es un au propio donde katsuki es acosado y lastimado física y men...