3. Obtenemos la primera pista del caso.

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Kara.

Kara observo a Imra, esta estaba sentada junto a ellas, Lena acomodaba la tetera, las galletas y los bocadillos que había traído Eva. -Voy a estar bien agente Ardeen, puede retirarse, la doctora no me hará nada hay cámaras- comentó la rubia seriamente, la detective gruño enojada y salió de la habitación maldiciendo por lo bajo. Ambas doctoras sonrieron cuando se fue. La rubia sabía que había roto una de las reglas que había impuesto su hermana mayor, pero no le importaba, ella confiaba en la mujer con la que estaba.

-Entonces, hablemos un poco, cuéntame algo sobre de ti, y así después te ayudare con tu caso- dijo Lena sirviendo el té que era especialmente enviado a ella por su hermano, era exclusivo en Irlanda e Inglaterra, Kara sonrió, le gustaba mucho estar con la mujer pelinegra, inclusive Argo estaba relajada, acostada en entre sus piernas, la rubia suspiro viendo a lo lejos, dejándose ir un poco, perdiéndose en el espacio y tiempo, hasta que sintió la suave mano de la ojiverde, volvió en sí, sonriéndole a la mujer un poco tierna.

-Lo lamento- se disculpó apenada Kara, a veces le pasaba, pero era normal para las personas que la rodeaban.

-No te preocupes, sé lo que te pasa, entonces me ibas a decir algo sobre ti- comento la doctora, sonrió dulcemente a la chica, esta asintió y comenzó a contar un poco de ella -Yo soy adoptada. Mi hermana Alex cuando cumplió siete años pedía mucho una hermana menor, pero mis padres ya eran demasiado grandes y ocupados en sus propias vidas para poder encargar otro bebé. Así que fueron al orfanato, donde me encontraron, una bebé de días abandonada ahí, así me llevaron a casa. No esperaban que viniera defectuosa, sobre todo mi padre, mi madre y Alex me aman mucho, siempre vieron por mí, más Alex... Cómo te dije mis padres están ocupados con sus propias vidas, mi hermana y yo crecimos entre niñeras-

Lena sonrió al escuchar esto, tomo un poco de su té mientras observaba a la rubia tomar una de las deliciosas galletas de doble chocolate que la señora Wayne le había traído, gimió gustosa cuando la mordió, cosa que provoco un poco de palpitación en el sexo de la pelinegra, trago saliva audiblemente, observando a la ojiazul excitada. – ¡Oh! Tú compartes eso con Grace Parker y conmigo, somos adoptadas cómo tú. Por lo que supe su familia fue demasiado fría con ella. Fue a los primeros que mato, de hecho, hay una bodega donde están los restos de todo- platicó tranquilamente tomando una galleta, observando que Kara le sonreía.

-No te preocupes, te anotare la dirección, pero no vayas tú, deja que vayan las detectives- le advirtió, no quería que la ojiazul viera tanta violencia, aunque fuera patóloga forense, merecía tener su inocencia un poco más.

Kara le entrego el cuaderno a Lena, donde con una hermosa caligrafía le escribió la dirección de la bodega donde encontrarían su primera pista. Después de esto se quedaron unos minutos en un cómodo silencio, donde las dos estaban cómodas con la simple compañía de la otra y del can a sus piernas. La ojiverde disfrutaba ver que la rubia realmente disfrutaba de la pequeña fiesta de té que estaba teniendo. -Lena, eres mi amiga ¿verdad? – preguntó de repente la ojiazul viendo preocupada a la ojiverde.

-Si cariño, somos amigas, puedes platicarme todo lo que tú desees- comento volviendo apretar la mano de Kara, se quedaron así tomadas de la mano, hasta ahora había roto todas las reglas que le había impuesto Alex, pero ella no se enteraría, sería su pequeño secreto, la rubia se sentía tan cómoda con Lena.

-Ayer en la noche me beso Imra, sin aviso o prevenirme- explicó algo incomoda y sonrojada la rubia, le molestaba que extraños la tocaran sin su permiso, hasta ahora sólo le gustaba que Sam, Alex, Ruby y ahora Lena la tocaran así, pero nadie más. Los ojos de la ojiverde parecían arder en furia, no le gusto que la tonta niña tocara a la rubia, bufo un poco.

Morrigan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora