24. Una vida tranquila en Smallville. ¿Verdad?

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Kara.

Seis meses atrás.

La rubia estaba emocionada, le diría a su hermano mayor que sería tío. Sería al único que le diría antes de los tres meses, claro que su esposa Lena estaba de acuerdo con ella. Había pedido una visita en la prisión estatal de California, donde su hermano ahora cumpliría su condena, qué era de por vida, por los crímenes que había cometido junto a su padre, Zor El.

Kara nunca pensó que vería a su hermano a través de un cristal, pero así eran las reglas para él. Se sentó donde le correspondía y espero con ansias a Kal. Él entro acompañado de dos policías, lo guiaron a la cabina. La rubia descolgó el auricular y lo limpió con una toallita desinfectante y se la acerco a la oreja.

-Hola hermanita, esperaba tu visita pronto- sonrió enormemente el chico pelinegro, Kara sonrió en respuesta. Le gustaba saber que su hermano mayor la amaba. Ella tomo aire, nerviosa.

-A mí me gusta verte. Por cierto, ya le di a tu director mis números telefónicos para que puedas llamar, la penitenciaria está un poco lejos de mi hogar, habrá momentos que será mejor hablar por teléfono- explicó a su hermano, esperaba que no se sintiera abandonado por ella.

-Perfecto, yo le pediré que me los entregue. ¿Cómo vas con Lena y la niña? ¿Ya encontraron a nuestro sobrino?- preguntó rápidamente por la emoción que cargaba. Kara soltó una pequeña carcajada, que hizo qué él también se reiría.

-Bueno, Lena y yo nos casamos. Pero eso ya lo sabes porque pedí que te mandaran las fotos. Sobre Connor aún no se sabe nada, pero Imra encontró una buena pista, ahora la está siguiendo. Pero vengo a darte una noticia importante y feliz- sonrió apenada, esperaba que su hermano no se enojara por embarazarse en un momento así.

-Suelta la sopa hermanita- dijo con un acento de Kansas, Kara miro sorprendida a su hermano. Miro a sus manos confundida.

-Lo siento Kal, no te traje sopa, pero entregue comida chica para que te lo dieran a la hora del almuerzo- se disculpó Kara, pensando que para la próxima le traería una buena sopa de pollo.

-No. Es sólo una expresión hermanita- Kal se rio un poco, su hermana no entendía a veces algunos modismos. -Significa que me cuentes cual es la noticia- dijo curioso.

Kara comprendió abriendo los ojos y luego soltó una pequeña risa. Poniéndose roja por la vergüenza, aun le costaba entender algunas cosas, no era muy buena para eso. -Bueno, Lena y yo habíamos planeado tener otro bebé. Así que después de algunos intentos se logró. Estoy embarazada Kal, apenas tengo unas seis semanas- comunicó algo nerviosa.

Su hermano se levantó y empezó a gritar emocionado. Estaba contento con la noticia. Se calmo cuando los policías lo regañaron. Se volvió a sentar en su lugar, volviendo a tomar el auricular. -Estoy feliz hermanita, seré tío otra vez- comentó lloroso, se limpió las lágrimas.

-Kara por favor, sé feliz. Haz todo lo que Linda y yo no pudimos. Nuestra familia sanará y será bondadosa por ti- Sonrió orgulloso, puso una mano sobre el cristal. Kara puso su mano sobre esta. Ambos se observaron con cariño. A pesar de todo ambos se querían. 

Junio, 2021, actualidad.

Kara estaba dentro de la gran tina, estaba relajándose después de un día cansado en el hospital. Por fin le habían quitado el yeso, pero por unas semanas más andaría con una bota ortopédica. Su gran vientre sobresalía del agua. Un pequeño bulto se asomó rodando por el vientre, la rubia lo empujo un poco con su mano.

Morrigan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora