15. La familia Zor El siempre recuerda I.

679 82 16
                                    

Kara.

Esa mañana Kara se había despertado en los brazos de Lena, ambas en la noche se habían necesitado. Ambas estaban desnudas, miro su reloj, eran casi las diez de la mañana debía levantarse para prepararse a ir a la necropsia de la mujer que al parecer era realmente igual a ella. Sabía que la pelinegra no lo aprobaba, pero simplemente quería ver quién esta mujer y resolver el caso para seguir adelante a su vida.

Se levantó algo entumida y se dirigió el baño para darse una buena ducha caliente, a necesitaba para relajarse un poco después del largo viernes que había vivido. Saltó cuando sintió que la abrazaban por la espalda. Los brazos pálidos rodeando la cintura de Kara. Sonrió al sentir los besos regados por la espalda. Ellas se amaban, pero aún no querían etiquetarlo, querían dejarlo fluir poco a poco.

-Buenos días cariño- comentó con una voz ronca Lena. Kara se volteó a abrazarla. Beso sus labios lentamente. La pelinegra había pasado toda la noche abrazando a su rubia, al ver aquel cuerpo de aquella mujer le hizo pensar que no vería a su amada.

-Hola Lee, ya extrañaba esto- respondió acariciando con el dorso de los dedos el costado del pecho de Lena. Los ojos azules oscurecieron al sentir la piel desnuda de su amada. -Iré a observar la necropsia de la Jane Doe que apareció en nuestra puerta- le platicó mientras tomaba el champú de la pelinegra para lavarle el pelo.

-No me gusta la idea que vayas ahora allá. Puede ser malo para ti, además apenas regresaste a casa- regaño enojada Lena, Kara sabía que les habría agriado la mañana con eso, pero simplemente quería estar ahí, sentía que no podría dejar a la mujer ahí.

-Prometo regresar en cuanto termine y pasar tiempo con ustedes. Simplemente debo hacerlo y además de recuperar mi oficina y puesto- besó su nariz antes de proceder a lavarle el cabello a la ojiverde.

El resto de tiempo que se prepararon fue en un silencio pesado, Lena aún seguía enojada, Kara se iría a la necropsia. Cuando salieron del cuarto fingieron estar bien, la pequeña Lori había corrido a abrazar las piernas de la rubia. -¡Yeyu!- gritó la pequeña de dos años emocionada.

-Hola pequeña princesa, te extrañe mucho- dijobesando las mejillas de su pequeña, las tres bajaron a desayunar en la cocina.Kara suspiró triste, le hacía falta Argo, pero ahora simplemente no podríallegar y quitársela a su pequeña sobrina.

---

Nia Nal era la técnica forense con quien siempre había trabajado Kara, estaban tan conectadas en la morgue, que cuando hacían una necropsia la chica sabía que instrumentos pasarle a la rubia, los tres años sin su jefa fueron duros, pero también buenos, se encontraba en una relación con el doctor Querl Dox. Que ahora fue contratado como médico forense, la rubia regresaba a su puesto como jefa de la mancomunidad médica de California.

Nia pensaba que era bueno, Kara tendría otras manos extras para realizar las necropsias de National City. Había otros médicos, pero no eran tan buenos como su jefa o Querl. Lo que pasaría hoy era algo para lo que no prepararían a la joven técnica. Ella estaba preparando todo lo necesario parala necropsia que haría su novio, cuando observó entrar al hombre pelinegro junto a su jefa rubia.

Sonrió emocionada de verla aquí. Era bueno tenerla de vuelta. Sabía que pronto regresaría estar a su lado para empezar necropsia juntas. Observo que Brainy, cómo le decía de cariño al doctor Dox iba a lavarse para empezar la necropsia. Kara se ataba bien el gorro quirúrgico observando la mesa vacía.

El doctor ya enfundado con sus guantes, lentes y gorra fue a los refrigeradores para sacar el cuerpo que abrirían hoy. Kara se puso sus propios lentes de seguridad y guantes, pero se quedó en su lugar, cosa que se le hizo curioso Nia. Tal vez la doctora Danvers quería ver la técnica de Querl para analizar qué tan bueno era.

Morrigan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora