Capítulo 2: La universidad.

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Hoy es lunes, me levante gracias a mi queridísima amiga Natasha que se subió a mi cama pegando brincos y gritando -¡¡Hoy es el día, hoy es el día!!- para que luego llegue un hermoso camarón a acompañar a natasha con sus gritos.

-Cállense de un vez chicos, o me levantare de mal humor- Dije un poco molesta, sentía que este no sería un buen día.

Luego de sacarlos de mi habitación tome una ducha refrescante, ya me sentía mucho mejor, cambie de opinión, este sería un buen día. Me puse unos jeans ajustados, un suéter color caqui(o como yo lo llamo, blanco sucio) y unas vans negras, las únicas que tenía. Luego fui a la cocina a saludar a los chicos.

-Buen día a todos-dije con una amplia sonrisa.

-Al parecer ya tienes mejor humor-
dijo Cameron.

-Si, no te veías muy contenta hace unos minutos-dijo Natasha.

-Pues si chicos, siento que hoy será un bueno día.

-Si que si!-dijeron los dos al unísono.

-Bueno ahora larguémonos que llegaremos tarde a nuestro primer día de universidad-Dijo Cameron muy entusiasmado.

Llegamos al salón, todo se veía como en la escuela, no es tan impresionante como lo dicen. Cuando me dicen universidad, yo imagino fiestas locas, alcohol, drogas, , aunque claramente yo lo que quiero es estudiar, noten el sarcasmo. Me senté al lado de Nat y delante de Cameron, la clase paso un poco aburrida, este señor es muy extraño, cuando no entendíamos algo se salía del salón, o pegaba la cabeza de la pared, ¿Así serán todos los profesores en las universidades?, esto sí que es raro.

Luego de una hora larga de clase, sonó el timbre y los tres salimos a la cafetería a llenar muestras pancitas; Vía a la cafetería, vi muchas personas muy distintas, a los nerd, a las plásticas, a los jugadores de futbol, hasta góticos, sí que será difícil adaptarme. Al llegar nos sentamos en una mesa cerca a la pared, con nuestras bandejas llenas de comida, no se veía muy buena que digamos, pero debemos comer algo. La comida paso rápido entre platicas, y risas, muchas risas

-Ya deberíamos irnos al salón, si no nos vamos ahora no encontraremos puestos-dijo natasha un poco preocupada.

-Adelántense ustedes, debo ir al baño urgente. Guárdenme un puesto-Dije yo dirigiéndome al baño.

-Está bien, no tardes.

-Sí, recuerda que es nuestro primer día de clases-dijo Cameron con una sonrisa de oreja a oreja, se notaba que estaba muy feliz por entrar a la universidad.

Fui trotando por los pasillos buscando los baños, hasta que me encontré al fin con el baño de chicas; Era muy lindo, muy higiénico, pensé que sería un desastre, ya hasta había practicado para no tocar el asiento, pero bueno, tiempo gastado. Al salir del baño fui caminando, viendo cada uno de los salones y casilleros.

-¡Mierda, ya es tarde!-Susurre y fui corriendo al salón, pero al pasar por una puerta, se escuchaba una música, se notaba que era una guitarra, y la tocaban muy bien, era una canción hermosa; Retrocedí unos pasos para ver quien tocaba la hermosa música y me encontré con un chico, un chico hermoso, ojos azules, cabello negro, ni tan alto, ni tan bajo, era sencillamente hermoso. Cuando termino de tocar miro su reloj y al parecer también iba tarde, cuando se paró me vio con cara de curiosidad.

-¿Qué haces aquí, no deberías estar en clases?-me dijo aquel chico.

-Pues pase por aquí y te vi tocando la guitarra, eso fue precioso- respondí un poco sonrojada.

-Muchas gracias, mi nombre es Nathan, un gusto-Me tendió su mano con una sonrisa, su sonrisa era perfecta, dientes blancos, labios carnosos, wow este chico es perfecto... Mierda samatha dile algo.

-Hola- dije roja como tomate -mi nombre es Samatha, el gusto es mío.

-¿En qué clase deberías estar?

-En la del profesor-
Busque en el horario que me dieron al inscribirme-Richard.

-Wow, yo igual, y creo que llegaremos tarde... Muy tarde.

-Si...Pero mejor es llegar tarde que no llegar, así que mejor vamos, ¿Te parece?

-Sí, estupendo-respondió el ¿sonrojado?, se ve tan lindo así.

Caminamos hasta el salón y toque la puerta interrumpiendo la clase

-Disculpe profesor, ¿Podemos entrar?

-No es favorable que llegue a clases a estas horas, y menos en primer su primer día-dijo enarcando la ceja-Pero por ser hoy primer día, los dejare entrar, pasen y siéntense.

Nathan y yo pasamos hasta los últimos asientos que había y nos pusimos a prestar atención a la clase, hasta que escucho que me llaman

-Tsss, Tsss, Tsss...

-¿Qué sucede Nathan?

-Mira esto-Me enseña un dibujo donde al que supongo que es el profesor Richard se lo comen unos tiburones-¿Me quedo genial verdad? Soy todo un Picasso.

-Claro, como digas, pero te falto la barba señor Picasso-respondí burlona.

-Claro que no-Me dijo mientras le dibujaba una muy mala barba-Allí está, obviamente no la acabo de dibujar, soy mister Picasso-Dijo orgulloso de su dibujo

-Es idéntico señor Picasso, por favor, deme su autógrafo-Dije sarcástica y riéndome.

-Señor Nathan, señorita Samantha, aparte de que llegan tarde, se pondrán a hablar, sálganse de mi clase por favor-dijo el profesor molesto.

-Profesor es mi culpa-dijo Nathan-ella no hizo nada.

-A Nathan le gusta Samantha-
Grito un chico del salón y todos comenzaron a reírse y a gritar como locos, sabía que esto ocurría en secundaria pero, ¿En la Universidad? Que loco.

-Paren ya-gritó el profesor furioso, estaba que le salía humo por la orejas-Samantha, Nathan, ¡A la oficina del director!

-Lo siento -me susurró Nathan muy apenado por lo ocurrido-de verdad no creí que llegara a estos extremos.

-Tranquilo, no fue tu culpa... Además, ¿no viste al profesor? ¡Le iba a explotar el cerebro!-Dije riéndome.

Luego de que nos dieran una larga y aburrida charla, termino el horario de clases y me dirigí a mi casa con mis dos mejores amigos.

-Que día de clases tan duro-dijo Cameron- fue un desastre, mientras a ti te daban una charla que duro como 2 horas, nosotros veíamos clases aburridas.

-Yo no estaba tan aburrida, habían unos chicos para morirse, amo la universidad. Por cierto, ¿Quién era ese tal Nathan?.

-Ese chico me lo conseguí en el salón de música, y bueno ya no hablare más del tema, me iré a dormir, los amo.

Antes de que nathasha me bombardeara de preguntas cerré la puerta de mi habitación, luego de quitarme la ropa y ponerme cómoda, me metí en las sabanas para caer en los brazos de Morfeo. Nathan, ese nombre deambulaba por mis pensamientos, debo saber más de él, fue lo último que pensé antes de quedar profundamente dormida.

...

Me esforce para que este capitulo quedara genial, voten y difundan la novela si les gusto. Por cierto, somos 3 chicas las que creamos esta novela, el apodo que sale al final del capitulo, es el que nos corresponde a cada una. Bye

-Happy

¿Mi vida eres tú? (PAUSADA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora