7. Stepahnie.

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El verano se fue más rápido de lo que esperaba, muchas veces no pude notar el tiempo que pasaba recostado en mi habitación navegando en los pensamientos de mi cabeza, otras veces leía algún libro durante toda la tarde esperando a que llegara la noche y dormir, irónico y estupido porque nunca podía hacerlo, lo lograba por 1 hora o 2, pero eso era todo, el resto de la noche la pasaba caminando en mi habitación, sentado en el patio de mi casa mientras fumaba o escuchando música, mi escape favorito por cierto, Elizabeth me había enseñado a apreciar la música de una manera diferente, ella apreciaba cada nota, cada verso, no solo escuchaba la letra, escuchaba los acordes de la guitarra, el ritmo de la batería y las notas altas y bajas del cantante, apreciaba cada instante y si sentía que no lo hacía lo suficiente, la reiniciaba, desde ese momento empece a hacerlo yo también, ya no solo era música de fondo, ahora era lo principal dentro de mi mente.

Quiero mucho a todos los chicos, ellos son mi apoyo, pero en realidad no me gusta salir con ellos, ellos están juntos, y no me malinterpreten, son lo más importante que tengo junto con mi familia, pero cada quien tiene a alguien, y no es simplemente por eso, no es solo por sentirme solo a su lado, si no porque a veces estaba tan drogado que al día siguiente no podía recordar lo que hacíamos, y prefería evitar verlos, evitar dañarlos, evitar olvidar mis momentos con ellos.

Sin embargo no siempre me podía librar, Stephanie se encargaba de sacarme de casa, o de venir en caso de que no me convencerme, ella hacía algunos meses que había logrado "salir" de su depresión, sin embargo había veces que no podía sola y yo me encargaba de ayudarla, como lo hacía en este momento, yo volví a mi departamento de la universidad unos días antes de que acabara el verano para poder acomodarme, y justo hoy me marcó a las 4 de la mañana para decirme que no podía, así que salí de mi departamento para manejar al pueblo e ir con ella, nunca la dejaría sola.

Luego de 1 hora llegue a su casa, marque a su número y espere su respuesta.

–Edwin..–

No deje que terminara –Abre la puerta—

–¿La puerta?–

–Si, de tu casa, estoy afuera–

Duro unos momentos en silencio, no supe que había pasado hasta que noté que la puerta de su casa se abría, tome mis llaves y salí del carro.

–¿Qué haces aquí?– me pregunto

No le respondí, solo seguí caminando hacía ella hasta que la tuve frente a mi, levante su barbilla con una mano y la mire fijamente a los ojos, los tenía de un rojo que se veía aún cuando estaba obscuro, también tenía las mejillas rojas e inchados por limpiarse tantas veces las lagrimas, baje mis manos hasta su espalda y la abracé, levantándola un poco del suelo para que su rostro quedara sobre mi hombro, no tardo mucho en responder mi abrazo, me rodeo por los hombros y comenzó a llorar durante un rato.

–No tenias que venir– jalo las mangas de su sudadera un poco y agacho la mirada.

–No digas estupidez Stephanie, si tenía que venir y lo are mil veces si es necesario–

–En realidad no–

Arque un poco la ceja y y volví a levantar su rostro.

–Quede en la universidad –

Mi expresión cambio totalmente con su respuesta, estoy muy feliz por ella, pero ella no parecía estarlo.

–¿Y no estás feliz?–

–Claro que lo estoy, pero todo...–

–¿Por esto fue tu crisis?–

Ella asintió con la cabeza lentamente, luego se llevó las manos a su rostro y comenzó a llorar de nuevo.

–Ey ey, tranquila, no pasa nada, ¿Quieres explicarme por qué?–

–E-es solo-solo que– negó con la cabeza y se frotó el rostro con su brazo.

–Tranquila, no tienes que hacerlo, se que es difícil y que no puedes, no importa, yo te entiendo–

Eso pareció tranquilizarla porque dejó de llorar, pero aún algo están mal.

–¿Puedes levantarte las mangas de la sudadera?–

En ese instante su mirada cambió, me miro con los ojos totalmente abiertos, parecía, asustada.

Pero luego lo hizo, me mostró sus ante brazos mientras que sus ojos se volvían de vidrio de nuevo.

–Tranquila cariño, todo está bien, ¿Crees que pueda entrar a tu casa?–

–S-si–

Y así es como pasamos los siguientes treinta minutos en la recámara de Staphenie, tome un poco de alcohol y comencé a pasarlo por sus brazos, luego de eso nos recostamos en su cama y pusimos un poco de música.

–Tus padres...–

Me interrumpió –Salieron, tuvieron que ir a visitar a mi abuelito y volverán hasta mañana en la tarde–

Me senté en su cama y tome mi celular –Dime una canción que represente tu vida en este momento–

–¿Qué?–

–Mira, por ejemplo esta es la mía–

Busque entre mis canciones hasta encontrar aquella canción, Another love.

Mientras la escuchábamos evite mirar a Stephanie aún cuando sentía que ella me miraba fijamente.

Cuando terminó la canción nos quedamos durante un rato así, hasta que comenzó a hablar.

–Edwin... Yo no... Tú nunca dijiste..–

Le di una sonrisa amarga y después de evitarla me gire a verla –Esta bien, en este momento no importa–

Ella no dijo más pero se sentó frente a mi, acarició mi mejilla con su mano y luego me abrazo. Hacía años que no me abría sobre mis sentimientos con alguien, y era frustrante, había olvidado como hacerlo, como te miraban después de mostrar que estabas mal, pero ella lo hacía más fácil.

Al día siguiente le ayude a empacar un poco, faltaban pocos días para entrar a la universidad y tenía que acomodarse y conocer un poco de la ciudad antes de todo, así que luego de otro día y de despedirse de sus padres ambos nos fuimos en mi carro, su universidad está en la misma ciudad que la mía y ella se había enterado sobre su aceptación hace dos semanas, así que antes de que las residencias estuvieran llenas, apartó una habitación.


Llegamos a la ciudad y la llevé a su residencia, desempaco un poco y coloco algunas decoraciones en un escritorio de su habitación.

–Pues parece que es todo, todo fue demasiado... rápido–

–Así a sido mi vida últimamente–

Ambos nos sentamos en su cama y tomamos aire.

–¿Quieres ir a cenar?– me pregunto

–Te llevaré al mejor lugar de tacos que hay, luego te daré un recorrido–

–Me parece una increíble idea–

Tomamos nuestras cosas y salimos de ahí. El lugar que le había mencionado es un pequeño puesto junto a mi departamento, es un buen lugar y barato, así que no está mal. Luego de comer comenzamos a caminar por el centro de la ciudad, pasamos por la plaza, por algunos lugares antiguos y por una pequeña feria donde vendían de todo tipo de cosas, yo compré un pequeño libro y Stephanie algunos posters de algunos animes para pegar en su habitación, y así, después de unas horas de caminar por la ciudad decidimos volver, deje a Stephanie en la residencia y yo volví a mi departamento.

Me recosté en mi cama y me coloqué los audífonos para escuchar un poco de música.


Y así fue mi fin de semana, comer, ver la tele, escuchar música y salir al balcón a fumar un poco, luego llego el lunes y tuve que volver a la universidad, volver a esa rutina que tanto odiaba, volver a odiar mi vida.

Respirando sin ti (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora