14. Solo te necesito a ti.

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Tenía dos semanas llendo a terapia todos los días, quisiera decir que había mejorado mucho ya, pero sería mentira, se que poder estar bien tarda un rato, que no es algo de la noche a la mañana, pero una parte de mi ya quiere verse mejor. No me gusta hablar de mi y menos de lo que siento, siempre se me a hecho difícil, pero lo intento, al principio me toma un tiempo, luego logro no pensar tanto y hacer las cosas un poco más fluidas, es solo que nunca me gusto ser el centro de atención o que la gente supiera que estaba mal, no me gusta que me tengan lástima o que se preocupen por mi, no por que lo hagan significa que estaré bien, sin embargo ellos creen que si.

La sesión de ayer fue algo corta, pero mi psicólogo me pido que le contara a alguien sobre estas sesiones, una tarea bastante difícil, a mi madre ni de coña le digo, Nicolás tiene una vida muy ocupada al lado de papá, no se nada de Isaac y no porque Andrea volviera a mi vida significa que seamos los mejores amigos de nuevo, por lo que solo queda Stephanie, que de hecho es la mejor opción, solo que no quiero molestarla y se una carga para ella, pero se muy bien que todos necesitamos apoyo en algún momento y que es uno de los factores que más ayuda en las rehabilitaciones. El afecto, abrazar a las personas siempre me a gustado, solo que no me gusta que me abracen, confuso lo se, pero es diferente, cuando abrazo a alguien lo hago enserio, con "cariño", solo que alguien llegue y me abrace, me sofoca, me estresa y me molesta, asi que lo hace más difícil, mi psicólogo me dijo que ayudaría, que me aria sentir un poco más feliz...

"Para que una persona esté "bien" necesita mínimo 8 abrazos al día, lo recomendable son 12, pero la gente no lo hace, creen que el cariño es algo tonto e innecesario, pero están equivocados, es saludable el querer a las personas"

Así que voy camino a la residencia de Stephanie, unas horas antes me pregunté si estaría ahí y me dijo que a partir de las 7, lo que lo hace perfecto ya que salgo a las 6:30 pm de mi terapia.


Llegue al edificio y entre, como aún es temprano aún está abierto para todos, así que subí unas escaleras hasta llegar al edificio B habitación 13, toque la puerta y luego escuché unos pasos, una chica bastante baja, cabello lacio, muy largo, de un negro brillante, tez morena y unos ojos muy redondos, abrió la puerta.

–¿Si?– dijo.

–Buscó a Stephanie–

–Supongo que eres Edwin, entra, bajo a comprar unas cosas, llegará en un momento– se apartó de la entrada y me dejo pasar, cerró la puerta detrás de ella y me miro.

–Te vez diferente a las fotos que tiene en su habitación, supongo que son algo viejas, puedes sentarte en el sofá, yo iré a mi recámara– camino hacía una puerta a la izquierda de la entrada y desapareció de mi vista.

Me senté en un pequeño sofá café obscuro, es una pequeña sala muy simple, tiene una mesa, dos sofás, un pequeño televisor y una repisa con libros. En la habitación hay 3 puertas, que supongo una es de la habitación de Stephanie, otra del baño y la última de la chica que me abrió.

Tome mi celular y comencé a ver algunas fotos en el mientras esperaba a que Stephanie llegara, no tardo mucho, habían pasado máximo 6 minutos, traía dos bolsas con algunas chucherias, pasó frente a mi y las coloco en la mesa.

–¿Hace cuanto llegaste?–

–Como 7 minutos–

–Supongo que te abrió Fátima, es mi compañera–

–Lo supuse cuando la encontré aquí dentro– sonreí abiertamente y noté como Stephanie se relajaba.

No la culpo por estar nerviosa, la última vez que nos vimos las cosas se pusieron algo densas, pero era un muy mal momento, algo que me avergüenza mucho, pero no pudo ir al pasado a cambiar eso, si pudiera lo hubiera hecho muchas veces ya.

Respirando sin ti (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora