Respirando sin ti (#2)

1. Tres años

Aún recuerdo el momento exacto donde Fernando le llamo a Emma, tomamos nuestras cosas y nos dirigimos al hospital. Pasamos un largo rato en la sala de espera, las personas entraban y salían, muchos lloraban y otro solo se quedaban en silencio analizando la situación.

Luego de horas, un doctora salió preguntando por sus padres, todos nos acercamos y ella comenzó a hablar.

"Lo sentimos mucho"

Solo logre escuchar eso, luego todo se apagó, los colores, el sonido, todo, solo que nosotros éramos los únicos que lo notaban.

El funeral fue corto y sencillo, casi todos dijimos algunas palabras y luego de eso nos marchamos.

Los siguientes meses se fueron igual, solo veía a las chicas algunas veces cuando entrenaban, con Alejandro y Cristhian seguí hablando, pero Cristopher y Fernando desaparecieron un largo rato.

Después un año recupere un poco el contacto con todos.

Fernando volvió a jugar básquet y a Cristopher me lo topaba algunas veces en rehabilitation visitando a Nicolás.

Emma organizó una salida y todos nos juntamos en la casa de Isaac, al principio las cosas estuvieron tensas, pero luego Alejandro comenzó a hablar.

"Todos la extrañamos, todos la amábamos y todos la recordamos, pero.... Aunque nos duela, tenemos que seguir y ella preferiría que lo hiciéramos juntos, gracias a ella todos somos amigos, no perdamos esto que nos queda"

Emma intentó decir algo, solo que no pudo, parecía que las palabras se ahogaban en su boca, así que solo asintió lentamente.

Todos nos dimos una mirada aprobatoria y luego continuamos.

Durante todo ese años organizamos algunas salidas, a veces al cine, a comer, a la playa o hacíamos fiestas, todo parecía mejor hasta que llegaba el fin del verano, ya habían pasado dos años, pero aún dolía como si aún estuviéramos en esa sala de espera.

Entre a la universidad y ese es el momento que quisiera olvidar para siempre.

Me mudé una semana antes de que acabaran las vacaciones y no fue lo mejor.

El último día de vacaciones los de la universidad hicieron una fiesta, no iba a ir, no quería hacerlo, pero de un momento para otro ya estaba en caminó.

Todo estaba bien y normal, las fiestas que hacía  antes eran iguales a esta, solo que esta vez era diferente, esta vez no lo disfrutaba.

Camine a la cocina de la casa donde estábamos, busqué un poco de agua por todas partes pero no la encontraba, continué mirando por un rato el interior del refrigerador esperando que apareciera mágicamente, no lo hizo y de un momento a otro estaba bebiendo de una botella que un extraño me ofreció, me la acabé y continué con otra, así hasta que se llegaron las 6 de la mañana, tome mis llaves y volví a mi apartamento.

Todo el año escolar fue así, fiestas, alcohol, cigarros y drogas, odiaba esto, odiaba haber vuelto, pero cada vez que pensaba en ese día, la recordaba y yo solo quería olvidarlo, así que lo enfrentaba tomando.

Hablando académicamente fue fácil, ese año era de tronco común y a pesar de todo, me iba bien, realizaba mis trabajos y sabía las cosas, estaba en la oscuridad pero me aferraba a un rayo de luz.

—

El verano comenzaba y era tiempo de volver a "casa", aunque ya no se sentía así, tenia a mis amigos y a mi familia ahí, pero yo ya no era el mismo, ese lugar ya no es el mismo.

Ellos no sabían mucho de mi y sobre mi recaída, solo los visite en vacaciones de navidad y tomaba a escondidas, mi mamá me preguntaba constantemente si estaba bien, yo solo le decía que estaba agotado por la universidad.

No le podía decir la verdad, no podía lastimarla, no podía perderla a ella.

Así que aquí vamos de nuevo.