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Gun tenía todo su cuerpo sumergido bajo el agua en la tina de su baño. No se movía, sólo miraba el techo sin expresión; no se estaba comportando como siempre lo hacía.

No podía. No se sintió con su ánimo intacto.

Gulf siempre estaba ahí para él, dispuesto a ayudar a solucionar cualquier problema. Y ahora no podía hacer nada para ayudar, sólo darle su apoyo.

Sorbió la nariz. Posiblemente estaba llorando, pero ni siquiera él mismo lo notó, ya que sus lágrimas fueron mezcladas con el agua que lo cubría.

Tres golpes suaves en la puerta del baño resonaron a lo lejos, pero su mirada se mantuvo en el mismo punto del techo, la persona tras la madera insistió.

-¿Gun?

-Está abierto ..

Respondió por inercia, no había tomado atención a la voz. Off abrió y asomó la mitad de su cuerpo.

-¿Ya estás listo?

Gun volteó su rostro hasta el mayor y negó. Off formó una sonrisa triste y entró por completo al pequeño cuarto, se arrodilló a un lado de la tina y con sumo cuidado le acarició el cabello húmedo al menor.

-¿Qué sucede, pequeño?

-Me siento demasiado intranquilo, Phi ...

Off tomó el shampoo de un costado, echó un poco en su mano y lo aplicó en el cabello ajeno, dándole suaves masajes. 

-¿Es por Natasha? 

-Si.

-Tranquilo -enjuagó con mucho cuidado el suavecito cabello, preocupándose que no le fuera a caer la espuma en los ojos-, ella es una bebé muy fuerte, ¿cierto?

Gun asintió, aún con esa angustia rondando por su cabeza, pero quería creer en las palabras de Off. Quería convencerse a sí mismo que Natasha era lo suficientemente fuerte como para salir adelante.

Existen muchos casos de bebés prematuros que logran recuperarse y crecen sanitos, pero su preciosa maní ya había sufrido un paro cardiorrespiratorio cuando nació e incluso desde antes, sabía que la ginecóloga había visto algo mal en la nena pero no dijo nada. Agregando a eso la alteración que tuvo Gulf que obvio le elevó la presión arterial. 

Así como casos exitosos, también lo han sido fallidos.

Estaba en silencio, sus ojos ahora contemplaban al chico que enjabonaba su torso y brazos, usaba demasiada ternura, una que jamás podría explicarle a nadie. Porque nadie podría imaginarse a ése chico tan chillón, asustadizo y proveedor de sonrisas, being tan gentil y cuidadoso con un muchacho que sólo mantenían una relación de amigos con leves beneficios. 

~ o ~

El ambiente estaba frío.

Prem frotaba sus manitas entre sí, salió tan rápido de su departamento que olvidó llevarse un abrigo, además de las enfermeras llamaron para informarles que Gulf había tenido una crisis nerviosa.

Se asustó demasiado, incluso dejó a Gun en el departamento, aunque Off se quedó cuidándolo.

Las cosas para Park estaban bastante difíciles. Frente a él, el mayor de sus amigos dormía con el ceño fruncido y una mano reposando en su vientre hinchado, quizás ni siquiera en sus sueños podía estar tranquilo. Gun no se estaba comportando con esa actitud tan extravagante y divertida, no parecía él, sus ojos se mantenían hinchados desde la noche anterior por culpa del llanto que le costó tanto cesar.

Era injusto. Las dos personas que cuidaron de Prem no se encontraban bien y él no podía hacer nada páralos, sólo cuidar de ambos y ayuda...

Gulf parecía que no despertaría hasta largo rato, y el frío cada vez penetraba más en sus huesos.

El pomo de la puerta se giró, Prem miró rápido con la esperanza de que se tratase de Gun, sin embargo, el que entró a la pequeña habitación fue Boun con dos vasitos en sus manos.

El mayor se acercó y le entregó uno de los vasos. El envase incluso estaba bastante calientito.

Prem sonrió y agradeció por el gesto. Boun había sido el que llevó a Prem al hospital y durante el camino no se dirigieron la palabra, aunque era casi obvio, ya que el menor llevaba el alma en un hilo por la repentina llamada del hospital.

Pero en ése momento, con la tranquilidad de que Gulf estaba profundamente dormido, se atrevió a hablarle más que nada para agradecerle.

Prem seguía sintiendo frío, menos que antes, gracias al café que le dio el mayor.

Estaban en silencio, Boun jugueteaba con sus propios dedos mientras que el otro se aseguraba de que Prem estaba bien acobijado.

Entonces Prem sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, dejó el vaso ya vació sobre un pequeño velador con las pertenencias de Gulf, juntos sus manitas y volvió a frotarlas en busca de calor.

Boun lo notó. Bajó la cremallera de su abrigo y se lo quitó, no tenía expresión en su rostro, pero fue un gesto bastante dulce cuando acomodó la prenda en la espalda del bajito. 

Prem sólo abrió grande sus ojos con un gran rubor en sus mejillas, su mirada estuvo posada en Boun hasta que éste se acercó a la ventana. Esbozó una tenue sonrisa y se acomodó mejor el abrigo que brotaba un delicioso aroma. 

Le agradaba bastante. Ni siquiera notó que el mayor lo estaba mirando como olía con una sonrisa el cuello del abrigo. 

Como una estrella MewGulf FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora