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El tan esperado quinto mes de embarazo llegó. También el día de su consulta con la ginecóloga.

Sentía un hormigueo en su estómago, incluso no le tomó mucha atención a sus profesores, pero no lo regañaron. Era el consentido de la clase y más ahora que cargaba un bebé, lamentablemente tendrían que extrañarlo a partir del séptimo mes de embarazo. 

Estaba demasiado emocionado por saber el sexo de su bebé y al parecer sus amigos también, ya que prácticamente se colaron a la consulta y ahora esperaban junto a él para que lo atendieran. 

Gun estaba recostado en dos asientos y su cabeza apoyada en el regazo de Gulf, mientras que Prem se encontraba sentado normal junto al mayor.

El menor tenía un pequeño papel sobre sus labios y lo soplaba una y otra vez, llevaban casi veinte minutos esperando y Gun se aburría bastante fácil. Hasta que por fin se asomó la ginecóloga y llamó a Gulf.

El menor caminaba adelante y atrás, como colitas, lo seguían sus extrovertidos amigos. La consulta transcurrió igual a las anteriores, el peso estuvo bien y su estatura seguía siendo la misma. Hasta que llegó el momento que le hizo latir con fuerza el corazón: le realizarían el ultrasonido. 

Se acostó en la camilla y podría jurar que cuando descubrió su vientre, Gun soltó un chillido, probablemente de emoción. La ginecóloga aplicó el gel azul sobre la blanca piel y puso la pequeña maquina presionando -no tan fuerte, claro- en un costado del bultito.

La pantalla mostró inmediatamente la imagen en blanco y negro, y se escuchó un rápido latido... era el corazón de Maní. Para los tres jóvenes ahí presente, el bombeo parecía la más hermosa melodía, y antes de que Gulf pudiera decir algo, Prem ya estaba llorando. 

-Oh, Prem...

El bajito sorbió la nariz y sonrió, casi al instante su cintura fue rodeada por los brazos de Gun. 

La mujer tecleó un par de veces y continuó moviendo el aparatito, buscando otro ángulo.

-Miren nada más... está chupando su dedito pulgar. -dijo la mujer con una gran sonrisa.

Los ultrasonidos para muchas personas les resulta demasiado confuso y quizás era por la emoción, pero incluso los menores de ahí pudieron ver a la perfección como Maní tenía su manita cerca de su cara.

Y Prem volvió a llorar.

-Eres tan sensible -dijo la ginecóloga a Prem soltando una risita-, pero para emocionarte más, te diré algo: ahora el bebé puede chupar su dedito pulgar, bosteza, hace gestos faciales e incluso hipa.

Gulf estaba en silencio, sólo sonreía y sus ojos estaban aguados, la emoción era mucha, pero aún había algo que quería saber...

La mujer torció la boca y frunció muy levemente el entrecejo, Gulf no lo notó, pero Gun sí. 

-¿Quieres saber el sexo del bebé? -preguntó la ginecóloga, había esbozado otra vez una sonrisa, pero sólo era un ahogo para su expresión anterior.

-¡Sí! -Gulf alzó la voz emocionado, ni siquiera se dio cuenta.

-Bien, pequeñito... ¿Qué tenemos aquí? -hablaba la mujer dándole tensión al momento- es una nena. 

Ya era suficiente. Gulf cubrió su rostro y comenzó a llorar. No había palabras que explicaran la emoción del momento.

Iba a tener una hijita. Una bella princesa. 

~ o ~

Gun y Prem corrían desesperados, ambos con sus brazos estirados e intentando a alcanzar a un emocionado Gulf que corría por los pasillos del hospital.

-¡Gulfiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Ya deja de correr! ¡Te puedes caer y hacer daño! -Al pobre de Prem parecía que le iba a dar un ataque de histeria en cualquier momento- ¡Puedes dañar a Maní! ¡Deja de correr!

Pero Gulf no escuchaba a sus mayores, sólo corría feliz, buscando un pasillo bastante familiar para él, pues ya ha ido con frecuencia. Cuando por fin encontró la sala que estaba buscando, se detuvo.

Miró a ambos chicos bastante cansados y con la frente perlada por el sudor.

-No hagas eso de nuevo -pidió Prem agotado.

-Sí, sí, lo siento...

Entraron a la sala. En la cama justo al centro de la habitación, se encontraba la madre de Earth, pero no se encontraba el chiquillo.

Gulf entró cuidadosamente y con una dulzura que sólo él podía emitir, besó la frente de la mujer. La señora Julia alzó sus cejas como si quisiera abrir los ojos, y sólo eso bastaba como una respuesta o un saludo. El chico se sentó a su lado y le contó lo feliz que estaba.

Le dio la noticia que tendría una bebita e incluso le dijo todo lo que su hija hacía, incluyendo el momento cuando estaba chupando su dedito.

Gun y Prem por otro lado charlaban de cosas triviales para no interrumpir la conversación de su amigo con la mujer de la que se habían encariñado tanto.

Gulf acariciaba las manos femeninas, le arreglaba el cabello y le contaba sus chistes malos. La conoció en ése estado, y así le tomó un aprecio muy grande.

Unos toques a la puerta llamó la atención de los chicos, y antes de que pudieran responder, entró una chica. Era bastante delgada y su largo cabello castaño, estaba atado a una coleta alta. Sus ojos se posaron en los tres chicos presentes y justo cuando abrió su boca para hablar, se escucharon rápidas pisadas. Como si alguien viniera corriendo por el pasillo.

Un Earth aún con su uniforme se asomó, se veía cansado, pero aun así tenía una amplia sonrisa en su rostro.

-Oh, ¿Hermana? 

El chico, muy contento, se acercó a la fémina y la abrazó, a cambio recibió varios besitos en su frente. Earth se soltó del abrazo y miró a sus mayores.

-¿Quiénes son ellos, Earth? -preguntó cruzándose de brazos.

-Son mis amigos. Ellos son P'Gun y P'Prem, y él -señaló a Gun-, es Gulf.

Los ojos de la chica se abrieron amplio, contempló por casi un minuto a Gulf y luego soltó una sonrisa. 

-Phi, ella es mi hermana. Carolina. -la presentó sus mayores y la chica hizo una leve reverencia. 

Era muy guapa y parecía muy simpática, pues en un corto periodo de tiempo, acabó sentada junto a Gulf para platicar. En verdad le había agradado bastante.

Como una estrella MewGulf FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora