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A lo lejos, entre sus sueños, podía oír la voz de Gun llamándolo y a Prem gritando quién sabe qué. Se le estaba haciendo imposible abrir sus ojos aun cuando quería saber que sucedía con sus queridos amigos. 

Prem corría de un lado a otro buscando su celular, necesitaba llamar a la ambulancia. No sabía en qué momento Gulf había comenzado a sangrar y eso le preocupaba. Jadeaba aterrado. Con mucha suerte pudo cambiar la parte baja de su pijama, en su torso sólo puso un abrigo, ya que dormía con una camiseta negra.

Gun sostenía el rostro del menor entre sus manos y repetía su nombre una y otra vez, intentando volverlo a la realidad. Había comenzado a llorar, su preciosa maní estaba en peligro.

Tras no recibir respuestas recurrió a darle bofetadas -sin usar excesiva fuerza, sólo lo suficiente para que despertara- y le rogaba que abriera sus ojos. El mayor no aguantó mucho más y tomó su celular, buscó rápido entre sus contactos el número de Off y llamó. Al tercer tono la otra línea contestó.

-¿Sí? -la voz del otro lado era ronca, posiblemente estaba durmiendo.

-¡Off! ¡Ayúdame, por favor!

-¿Gun, qué sucede? -su voz se alzó un poco junto a un tono preocupado.

-¡Gulf está sangrando y no despierta!

-Intenta despertarlo, voy enseguida. Mantente tranquilo, mi Gun. -intentó sonar lo más sereno posible para poder transmitirle tranquilidad al menor. Aunque cuando la llamada fue cortada corrió hasta la puerta, tomando de paso las llaves de su auto y poco le importó estar con su pijama y pantuflas de oso; sólo necesitaba llegar lo más pronto posible. 

Gun volvió a dar palmadas en las mejillas de Gulf, ésta vez la suerte estuvo de su lado y en la tercera palmada, el menor despertó. 

Su rostro sólo reflejaba confusión, pero que de un momento a otro cambió por una expresión de dolor. Arrugó la nariz y puso una mano en su vientre, sintió una punzada en la parte baja que le hizo sentarse de golpe.

No alcanzó a gemir por el dolor que provocó la punzada, porque sus ojos vieron las -antes- blancas sábanas con una gran mancha de sangre fresca. Prem corrió hasta él.

-Nong, escúchame: necesito que mantengas la calma, iremos ahora mismo al hospital y todo estará bien. -dijo con voz quebradiza e hizo que el menor pasara el brazo por su cuello, debían ponerlo de pies para llevarlo hasta la salida.

-Natasha -pudo murmurar Gulf.

-Ella estará bien, tranquilo.

-Mi hijita. -habló de nuevo. Intentó levantarse, pero otra punzada lo atacó y por inercia pujó un poco. 

-No empujes aún -habló rápido Gun y ayudó a Prem.

Gulf prácticamente arrastraba los pies y había comenzado a llorar. Ésta vez no fue por Mew, sino por el horrible miedo que sentía.

~ o ~

Una enfermera corrió hasta Gulf en cuanto lo vio en la puerta siendo ayudado por dos chicos, mientras que entre sus piernas seguía sucio con sangre. Le ayudó a sentarse en una silla de ruedas y se lo llevó sin decirles nada a los preocupados muchachos.

El chico soltaba lágrimas pero no era precisamente un llanto, estaba asustado mientras era empujado por la jovencita detrás de él.

Otra punzada. Volvió a pujar.

La enfermera le acarició el cabello sin detener su casi corrida. La mente de Gulf sólo divagaba en lo profundo de sus pensamientos, rogándole internamente a su niña que no lo dejara.

Como una estrella MewGulf FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora