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4 de Marzo de 2018, Wakanda, 10:45 a.m.
Los días siguientes fueron un caso absoluto. Y los chicos del futuro empezaban a sentirse bastante impotentes con todo a su alrededor. Parecía que nunca los necesitaban para hacer nada importante.

En el laboratorio Shuri, Tony, Bruce y los Pym trabajaban frenéticamente para terminar de construir los recipientes para las gemas del infinito, con cierta ayuda ocasional de Thor y Loki sobre temas mágicos.

Los Guardianes de la Galaxia trabajaban en reconstruir su nave y trataban de ponerse en contacto con el Coleccionista por radio, intercambiando datos con Carol Danvers. Incluso Howard Stark trataba de contribuir en los ámbitos científicos cuando podía, aunque mayormente parecía fascinado por la tecnología del futuro.

Strange volvió al santuario de Nueva York y, junto a Wong y el resto de los hechiceros, trataban de asegurar la realidad y mantenerla estable con todo lo que había ocurrido. Thor, Loki y, ocasionalmente, Torum se habían puesto en contacto con el resto de los Asgardianos y trataban de organizarse para crear Nueva Asgard.

En Wakanda estaban terminando de recuperarse de la batalla ocurrida. Todos los heridos habían sido trasladados al hospital y ya estaban recibiendo los cuidados oportunos y los muertos ya habían pasado por los ritos tradicionales y habían sido despedidos con honor. Parte de la ciudad dañada estaba siendo reconstruida, tarea en la que Wanda y Grant estaban resultando muy útiles con sus poderes telequinéticos, y contaban con la ayuda ocasional de Clint, Nate y Bucky, quienes compartían el gusto por la construcción y la reforma.

—Se ve bien — comentó Katia sentada en la mesa de carpintería y observando el nuevo edificio residencial que estaba tomando forma ante ellos.

—Gracias — Nate sonrió a su lado — ha sido un duro trabajo.

—Por supuesto — la pelirroja asintió con ironía — estoy segura de que todo ha sido gracias a ti. Has trabajado tanto, y hace tanto calor... pobrecillo.

—Muy graciosa. Pero estoy seguro de que te gusta que haga tanto calor.

—Desde luego.

Nate frunció el ceño cuando la vio mirando a unos obreros jóvenes y músculos trabajando sin camiseta a varios metros de donde ellos estaban. Estuvo a punto de decirle que él tampoco llevaba camiseta, pero sentía que ya habían superado ese punto de su relación, por lo tanto cambió de tema:

—¿Has visto hoy a Morgan?

—Si. Se ha quedado con James y Pepper. Me he ido, estaba cabreada porque no le dejan hacer nada más que andar por ahí y dice que quiere construir recipientes de gemas del infinito.

—Supongo que para los frikis este será el acontecimiento del siglo.

—Supongo.

Saludaron con la mano a Torum y Leah que caminaban juntas lejos de ellos y se volvieron a quedar en silencio mirando las obras.

—Por cierto, ¿por qué has parado?

—Bucky quería que llevase esa viga de allí a allí. A veces se le olvida que no todos tenemos super fuerza.

—¿Necesitas una mano?

—Si, por favor.

Mientras tanto Torum y Leah se alejaban de la zona de construcción y se dirigían hacia los jardines, la asgardiana le aseguraba que había visto unas flores que había en la futura Nueva Asgard y le estaba contando que uno de los jardineros le había explicado su nombre y más cosas. Aunque Leah no parecía muy entusiasmada por el tema de conversación.

What if...? || Marvel || Hijos de Los Vengadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora