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5 de Marzo de 2016, base de los Nuevos Vengadores, 3:15 a.m.
Steve no podía dormir, y nadie le culparía, porque ya había dormido durante unos setenta años entre el hielo, saltándose la que debió ser su vida, junto a Peggy, teniendo una familia, estabilidad... Sin embargo, esos últimos meses se había replanteado ese deseo que siempre había tenido de volver en el tiempo y poder estar con ella, bailar por primera vez... Igual en ese momento no volvería, tenía una vida, y le gustaba. Pero quería a Peggy, claro que la quería, había sido y siempre sería su primer amor.

—¿Insomnio, soldado?

Mientras aclaraba su mente había estado caminando por la base, y no había advertido de la presencia de Natasha. La pelirroja estaba sentada en una ventana, sonriéndole de medio lado.

—Ya dormí bastante — se acercó a ella pero esta se dio la vuelta para mirar el exterior del complejo — pero tú no dormiste por setenta años, deberías estar durmiendo, Nat.

Ella no respondió, sino que se limitó a seguir observando por la ventana.

—¿Sigues teniendo pesadillas?

Natasha se giró rápidamente para observarle con los ojos muy abiertos, en ningún momento le había contado a Steve nada sobre sus pesadillas, así que no tenía sentido que él supiese nada sobre el tema.

—No siempre duermo, y cuando no duermo salgo a andar... y alguna vez has gritado — se excusó Steve hablando muy deprisa — oye, olvídalo, no debería haberme metido, lo siento...

—No importa — Natasha dejó salir un largo suspiro — de todos modos ya lo sabes...

Steve dio un par de pasos más, acercándose para mirarle a la cara.

—Entonces, ¿han vuelto?

—Creía que habías dicho que lo olvidara...

—Nat.

Natasha dejó de sonreír y se volvió para mirar a Steve a los ojos, ese fue su error, porque había empezado a cogerle cariño al soldado, y, por alguna razón, no pudo mentirle.

—Si, desde que Wanda jugó con mi cabeza. No le guardo rencor.

—Eso no explica que haces aquí.

—No voy a dormir, para que molestar.

Steve se sentó en la ventana junto a ella, a lo que Natasha le observó con el ceño fruncido.

—No molestas.

La pelirroja sonrió con ironía y esquivó la mirada azul de Steve.

—Ya vale, pareces Clint.

—¿Le echas de menos?

—Si... Pero ni se te ocurra decírselo, al idiota de Barton se le subiría a la cabeza. Pero si, es mi mejor amigo, mi hermano, a veces dormía con él, dormía mejor.

Natasha ni siquiera sabía por qué le estaba contando todo eso, tampoco sabía por qué se lo estaba contando a Steve, pero simplemente se sentía segura, sabía que Steve no iría diciéndolo por ahí.

—Vamos.

—¿A dónde?

—Vas a dormir. Y sino quieres molestar a Wanda dormirás en otro sitio.

La pelirroja frunció el ceño y no se movió ni un milímetro. Entonces, Steve hizo algo que Natasha nunca podría haber imaginado que haría, se acercó a ella y la cargó, colocándola en su hombro.

—¡Rogers! — exclamó sin elevar la voz — bájame ahora mismo. ¡Qué me bajes!

Aunque él no le hizo caso y la llevó en brazos hasta el cuarto del soldado, mientras la espía le propinaba patadas en el pecho y le gritaba (en voz baja) que la bajase. Abrió la puerta con dificultad y la dejó en la cama.

What if...? || Marvel || Hijos de Los Vengadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora