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20 de Marzo de 2018, base de los Vengadores, 12:20 p.m.
Grant se detuvo junto a la puerta del cuarto que su hermana compartía con Torum y Morgan. Sabía que estaría sola, porque Morgan había decidido darle espacio y Torum era expulsada cada vez que se acercaba a menos de cinco metros. Estaba preocupado por su hermana, siempre había tenido problemas para gestionar sus emociones.

Llamó a la puerta varias veces pero no recibió respuesta alguna.

—Leah, soy yo. Grant. Voy a entrar — se detuvo un instante con la mano en el pomo —. Por favor no me tires nada.

Abrió la puerta alerta, por si tenia que detener algún objeto peligroso directo a si cabeza. Sin embargo, Leah no le tiró nada. Se sorprendió al no encontrarla dando vueltas por la habitación echa una furia. Por el contrario, estaba tumbada, boca arriba sobre la cama. Sin moverse.

Cerró la puerta a sus espaldas y se detuvo, con la espalda apoyada en ella.

—He visto a Torum hace un momento. ¿Le has tirado el mando de la televisión a la cabeza?

—¿Eso es lo que era? Vaya, pensaba que era algo más grande.

—¿Has dormido últimamente o solo te has dedicado a lanzar cosas a la gente?

—Bueno, ayer estaba disparando a gente de HYDRA.

Grant dio dos pasos y se dejó caer a la orilla de la cama. Leah ni siquiera levantó la mirada hacia él.

—¿Quieres hablar de ello?

—No, la verdad.

—Tenemos que hablar de ello.

—¿Entonces por qué preguntas?

—Cortesía.

Leah soltó un gruñido y se incorporó para quedar sentada a su lado. No volvió a decir nada, pero el simple cambio de actitud le indicó que podía seguir hablando.

—Entiendo que estes molesta y yo...

—¿Molesta? Eso es quedarse corto. Estos inútiles...

—Déjame hablar, ¿quieres? — la interrumpió antes de que pudiese volver a entrar en bucle —. A mi también me molesta, y entiendo perfectamente que odies a Mia. Supongo que está justificado. Pero no puedes dejar que eso te afecte de este modo. Mamá y papá se fueron, y ahora podemos recuperarlos. Están aquí, sólo a dos pasillos de distancia. Y yo no pienso dejar que la presencia de Mia me los vuelva a quitar.

Su hermana abrió la boca pero no dijo nada. Hasta ese momento nunca se había dado cuenta pero, mientras que él estaba creciendo y solo se centraba en ella, no se había sido consciente de que su hermana mayor estaba creciendo también delante de sus ojos.

—Se que eso es lo que tengo que hacer. Pero no soy como tú, Grant. No soy tan... calmada. Reflexiva.

—Eso tampoco es malo. Yo reflexiono demasiado, tú demasiado poco. Sin ti yo no actuaria nunca, y sin mi...

—Yo lo haría demasiado, probablemente.
Ambos se quedaron en silencio por unos momentos.

—¿Cuando has crecido tanto?

—Bueno, sólo un poco.

Leah le rodeó los hombros con los brazos y lo atrajo hacia ella. Luego empezó a revolverle el pelo como cuando eran pequeños.

—¡Para! No soy un niño.

—¿Sabes? Echo de menos al enano.

Su hermano pequeño, Pietro. Habían tenido que dejarlo atrás, en el futuro, porque con siete años era demasiado pequeño para llevarlo a una misión de la que no sabían que esperar. Dejarlo en el futuro tampoco era lo más seguro, pero estaba en el búnker en Alaska con Harley y había otro par de niños más con él. Estaría bien, o eso esperaban ellos. Ya habría cumplido los diez años, y ellos no habían estado allí para celebrarlo con él.

What if...? || Marvel || Hijos de Los Vengadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora