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Final 1/2

24 de Marzo de 2018, base de los Vengadores, 8:30 a.m.
La base de HYDRA estaba situada en la parte más norte y fría de Siberia. La nieve las rodeaba a ambos lados de la carretera, aunque fuese más bien un camino. La furgoneta daba saltos con los baches. Morgan se preguntó que les pasaría a los auténticos conductores, atados y amordazados junto a un árbol. A Katia no le había preocupado mucho.

—Estamos llegando — la informó al volante.

Con la máscara negra y el pulpo rojo estampado, era imposible ver su expresión. Morgan imaginaba que mientras no estrellase el coche significaba que todavía estaba lo suficiente sana.

La base apareció entre la nieve. Era blanca como la nieve pero, incluso desde lejos, se podía ver bullendo la actividad en su interior. Pararon junto a la puerta. Morgan se arrepintió de no haber llevado con ella su armadura cuando uno de los soldados se acercó a la furgoneta. Les preguntó algo en ruso a lo que Katia respondió en el mismo idioma. Morgan no comprendió una palabra del intercambio pero las dejaron pasar.

—Vía libre — dijo Katia tras subir la ventanilla y arrancar de nuevo el motor.

Cruzó el patio delantero y aparcó en uno de los laterales de la base. Bajaron del vehículo y se encaminaron hacia la entrada del edificio C. Les había explicado que en ese edificio estaban situadas las habitaciones y las aulas. En ese habían crecido tanto James como ella. Morgan miró de reojo al resto de soldados; muchos enmascarados, otros no.

Por dentro, el edificio era de ladrillos viejos y humedecidos. Había agua en el suelo a causa de las botas mojadas por la nieve. Era cierto, si que había agradecido las capas de ropa.

Era vital para el plan que ellas llegasen hasta las celdas y liberasen a James. Por lo que Katia sabía de la base, era imposible asaltarla y llegar hasta el sector de la prisión y que el prisionero estuviese con vida para entonces. Solo se podía llegar desde dentro y de forma pacífica.

Subió dos tramos de escaleras detrás de ella y cruzaron tres pasillos sin que nadie les dijese nada.

—Aquí.

Katia tiró de ella hacia una puerta lateral pequeña. Se cerró tras ellas, estaban en un armario de la limpieza considerablemente grande e iluminado solo por una pequeña bombilla. Katia se quitó la máscara mostrando su cabello pelirrojo revuelto pegado al rostro por el sudor.

—¿Estás bien?

—Perfectamente. Tenemos que esperar cuarenta segundos antes de mover esta — golpeó con los nudillos una estantería —. Y luego setenta y dos para salir por la puerta trasera.

Morgan desconocía porque conocía esos tiempos con tanta exactitud pero se colocó hombro con hombro con ella junto. la estantería. Observó como su mano derecha temblaba de forma intermitente. Si tenían que entrar en una pelea, era un peligro para ambas.
Pasados esos segundos empujaron la estantería y descubrieron una pequeña puerta.

—Esto antes era una zona de paso de una sección a otra — explicó Katia —. Tras una reforma quedó como armario de la limpieza y no se cerraron ambas puertas. Pensaban que era imposible que ningún asaltante las conociese pero es una gran brecha de seguridad. Las usamos para escapar la Noche Roja.

La noche que escaparon de HYDRA, nunca hablaban de eso. Su vía de escape ahora se volvía su entrada.

Katia observó a su alrededor; reclinada sobre la estantería.

—Aquí di mi primer beso, ¿sabes?

—¿En un armario?

Vio como una sonrisa irónica se formaba en sus labios.

What if...? || Marvel || Hijos de Los Vengadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora