Capitulo 2

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Corro. Demonios. ¡Maldito despertador!

No sé qué hacerme en el cabello, así que opto por una coleta alta.

Diablos, estoy como un horrible espanta pájaros el día de hoy. Maldita sea la Universidad y su tercer semana de clases, llena de miles de tareas y sus pateticas horas de entrada a clase. ¿Tenía que irme tan mal? Es mi primer año ¡Que tengan algo de piedad!

Corro por el apartamento y voy en busca de mi abrigo. ¿Dónde diablos lo dejé ayer? ¡Maldito sea el efecto del alcohol! ¿Dónde, dónde? Trato de recordar un poco.

Mierda, mierda. Duele, duele a montones mi cabeza.

Corro hacia el baño y lo único que encuentro es otra chaqueta del equipo de fútbol americano de la Universidad con el apellido "CLOUGH" atrás. Bien, a Evan no le importará y a mi menos, esta es la hora de robarle una de sus hermosas chaquetas. Me coloco la chaqueta y voy por mi bolso lo más rápido que puedo. Salgo del apartamento y corro como si estuviese en plena huida de las autoridades o algo así.

Sabía que no tenía que asistir a esa fiesta, por más que ellos dos me hayan insistido. Mi cabeza va a explotar y todo es mi culpa y la de Evan y la de su amigo Neil.

Neil es el mejor amigo de Evan, es uno de los chicos más estúpidos que he conocido, y eso me encanta, amigo, Neil o mejor conocido como "Chico" aunque en mi opinión mi apodo hacía él es "Gili" de "Gilipollas", debido a su personalidad tan fuera de lo normal a todo hombre caballeroso. Abro mi bolso y busco rápidamente mi libreta, muy bien sí e-

─¡Rayooos! ─exclamo, cuando siento el golpe en mi trasero. Esto debe de ser una mal broma del destino. Vamos Dios, no me puedes hacer esto en este jodido momento. ¡Que no puedes! Ahh─. Joder, joder, joder ─susurro dándole un golpe al suelo─. ¡Tú, fíjate, que voy con prisa!

─Disculpa ─una voz gruesa y ronca me trae a la realidad y sin mirar al responsable de esa voz siento como mi rostro inicia a tonarse de un color rojo intenso. Muerdo mi labio con vergüenza y con lentitud, observo hacia arriba, algo temerosa de lo que me vaya a encontrar... temerosa de quién sea el dueño de la voz más varonil que he oído.

Unos hermosos ojos grises me miran con un toque de seriedad y educadez al mismo tiempo. Grises como el día, con detalles azules impregnados en ellos. Me tiende su mano y tengo ganas de que la tierra haga un hoyo profundo y me trague de inmediato y sin rodeos. Es lo que merezco

─N-no pasa nada ─susurro y me maldigo mentalmente, ya que sueno demasiado, demasiado pequeña y nerviosa ¡No! Él levanta un poco su labio y suelto un suspiro, tratando de salir de mi estupido trance─. Bien, lo lamento, tú lo lamentas ahora, los dos lo lamentamos, hasta-adiós. ─dijen corrigiéndome. Me doy la vuelta, dispuesta a terminar con ello.

Inicio a caminar, demasiado nerviosa como para ser verdad. Siento que mis piernas tiemblan tanto, que pienso que estoy caminando como si fuera una gelatina andante. Me siento como una pequeña y nerviosa rata andante que quiere quedar bastante bien frente a un gato muy lindo y de mirada feroz.

¡¿Pero qué diablos estoy haciendo?!

Suspiro y me doy la vuelta al notar que estoy caminando en dirección equivocada, cuando vuelvo mi vista hacía el lugar del accidente, él ya no está ahí y algo dentro de mi parece respirar bien, finalmente. Suelto el mejor suspiro de la historia y me limito a caminar rápidamente hacía el salón, tratando de olvidar al sensual hombre de voz dura y ojos hipnóticos. Ha sido un buen inicio de mi día.

Una vez que abro la puerta del salón, me escabullo por el lugar, buscando un asiento vacío y tratando de que no me vean llegar tarde.

─...Buscamos un punto bueno de referencia. Recuerden que para hacer un buen manuscrito, hay que saber y aprender buena ortografía. Las lecciones que hoy les vamos a dar van conforme a Literatura, jóvenes ─el profesor habla y encuentro un asiento vacío. Perfecto. Tomo asiento y saco mi libreta, sin prestar atención a mi alrededor. Luego de unos segundosn siento que todo el salón queda en un completo e incómodo silencio, me quedo casi helada─. ¿Clough?

Theodore Grey •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora