Capítulo 33

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−¿Cuánto has bebido ya, Theodore? Estás muy ebrio, hermano. –dijo Collin Kent, uno de los ex amigos de ella y ahora el mejor amigo del chico que tiene una sonrisa plantada en su rostro. Theodore lo observó divertido.

Yoooo no beebooh –dijo él, con un tono bastante ebrio. 

Sabía que perdió la cuenta hace unos siete tragos atrás pero solo lo hizo para tratar de conquistar a la rubia que lo estaba invitando a los tragos.

La chica era bastante atractiva, unos pechos enormes y un trasero de infarto. Unos labios rellenos y unos grandes ojos azules que estaban rodeados de largas y hermosas pestañas negras y rizadas... todo lo contrario a la chica por la cual él estaba ahí, bebiendo y ahogando penas como un bastardo.

Había pasado un año y seis meses desde su ruptura y estaba más que libre al mundo exterior, cuan escándalo se armó el día en el que renunció temporalmente a la empresa con la que había soñado, pero ahora le valía una mierda enorme.

−Theodore, hermano. Mejor te llevo a casa, en este estado ya no puedes estar por ahí. Vamos, ponte de pie que te ayudo. –dijo Colín y Theodore rodó sus ojos. Quería seguir divirtiéndose con sus nuevos amigos y no quería ir a casa aún.

Lo más probable es que Phoebe estuviera en su departamento, con su expresión de hermana preocupada, esperándole con dos aspirinas para la resaca del día siguiente. Phoebe le irritaba algunas veces, cuando ella hacía papel de hermana mayor, él era el mayor.

Por parte, también había envidia en su hermana menor, ella era feliz junto con Evan, Evan Clough, el chico que alguna vez fue un amigo y cuñado, ahora no podían ni versen un segundo, ya que iniciaban una discusión enorme y no faltaban los golpes. ¡Claro! ¡Evan no era el que estaba con el corazón destrozado!

Deejme em pas. –suelta en un escupido, mientras se pone de pie mareado y ríe al ver a su amigo. En el momento estaba más que ebrio y ahora veía un gran pene en la cara de su amigo. Realmente Collin no se había dado cuenta de que en su corta siesta de cinco minutos en la sala las personas dibujaron un pene gigante en su cara.

−¿De qué te ríes?

Errrees un ¡p-pene!, amiggou. –se carcajeó el chico, cayendo de trasero en el suelo frío. Le había dolido pero no importaba, ya era la sexta vez que se caía horriblemente en el suelo debido a los efectos del alcohol en su sangre.

−Vamos, Theodore, no sé de qué mierda hablas, ponte de pie y vayámonos. No quiero jugar más, estás empezando a irritarme mucho, hombre. Soy tu amigo pero vas a morir a temprana edad. –dijo preocupado, agachándose y tomando al chico de un empujón.

Collin al fin subió el cuerpo de su amigo y pasó una mano por su cuello, mientras iniciaban a emprender camino. Theodore tenía las palabras de aquel chico en la cabeza e inició a reír fuertemente, mientras Collin gruñía por la frustración.

−¿Por qué iba a morir joven? –preguntó, tratando de sonar normal, pero era más que claro que arrastraba sus palabras en todo. Collin negó, era estudiante de medicina pero no iba a gastar saliva en una explicación hacia el ebrio de su amigo.

−Porque sí.

Noh quuiero morri. –susurró Theodore espantado, haciendo que Collin se carcajeara ante el terror que había en la cara de su amigo. Era obvio que tenía mucho miedo, no quería morir a causa del alcohol pero tampoco iba a dejarlo.

−¿Sabes lo que tenemos que hacer? Buscarte una chica, amigo. Enfrascarte en una vieja de nuevo y así que te saque de ese maldito agujero negro. Una chica, solo eso. –dijo Collin Theodore tocó su hombro para llamar su atención, cosa que fue ilógica ya que Collin le estaba prestando atención al ebrio tambaleante que sacaba de aquella casa.

Theodore Grey •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora