Advertencia:
KatsuDekufem!
. . . .
Cuando entra, las chicas empiezan a gritar. No es para menos, Izuku apenas se está poniendo el vestido.
—¡Oye, idiota! No debes de ver a la novia antes de la boda —reclama Ochaco mientras lo apunta con la tenaza.
—¡Y más a medio vestir! —exclama Momo mientras hace el intento, junto con Kyoka, Tsuyu y Hagakure, de tapar a la joven novia que no puede hacer más que aferrarse al vestido.
—Ya, ya —Katsuki resopla—. Sólo vengo a hablar con la nerd.
—¿Acaso no puedes esperar a que termine la boda? —pregunta Mina haciendo un extraño morrito.
—Es de mala suerte ver a la novia vestida antes de la boda.
—Por algo lo hice antes de eso, ¿no lo creen? —comenta Katsuki un poco más harto.
—Kacchan... —susurra Izuku nerviosa—, podemos hablar después de que me vista, por favor.
—¡Pero es de mala suerte!
—Tranquilas —Izuku les sonríe.
—Sí, ni siquiera es mi boda —rueda los ojos Katsuki-, malo si fuera el bastardo mitad-mitad.
—¿Viene contigo? —pregunta Hagakure nerviosa.
—Claro que no —resopla—. Ya, Deku, te he visto en menos ropa que eso.
—¡Eso suena tan mal! —exclama Kyoka.
—¿Y qué tiene?
—Sí ¿y qué...? Auch... Mina-san, eso dolió —Izuku se soba el golpe que le ha dado la de cabellos rosas.
Todas las chicas saben que no se trata de ningún malentendido, Katsuki e Izuku son amigos desde la infancia, criados juntos desde pequeños. En los álbumes familiares en más de una ocasión aparecen ambos en fotografías donde salen en trajes de baño por estar en la playa.
—Está bien —suspira Yaoyorozu&, chicas, vámonos, es obvio que quieren hablar en paz.
No muy convencidas salen de la habitación. Izuku se sigue admirando en el espejo, Katsuki se posiciona detrás de ella y sube la cremallera que no podía alcanzar.
La pecosa sonríe agradecida—. Gracias, Kacchan.
—Es lo menos que puedo hacer por ti.
El silencio es horrible. Katsuki se siente tan culpable por nunca hablar de sus sentimientos, haberlos ocultado por el temor de ser rechazado ha sido su mayor error; ahora la pecosa ha encontrado el amor en alguien más, lo cual, destruye su corazón.
—¿De qué quieres hablar, Kacchan? —pregunta la pecosa mientras se pone las zapatillas.
Sí, Katsuki, ¿de qué quieres hablar? —se regaña en el pensamiento.
—Te traje esto —el rubio extiende un collar con una piedra de color azul—. Dicen que tienes que tener algo azul y algo prestado, esto es ambas cosas.
La pecosa se sonroja y, con una sonrisa, la acepta, le da la espalda y el rubio entiende qué debe de hacer. La piedra ahora descansa en su pecho, Izuku juguetea con ella con una sonrisa nostálgica.
—Es la que encontramos en la playa —susurra.
Katsuki lo recuerda perfectamente.
Tenían si acaso ocho años, ambos construían un castillo de arena, Katsuki hundía a los alrededores para que el agua del mar no lo derrumbara e Izuku mojaba algo de la arena para poder construir mucho mejor cada habitación. Entonces las olas arrastraron algo que llamó la atención de la pecosa. Sin querer pateó su castillo por ir tras él, Katsuki la reprendió, pero al ver el tesoro en las manos de la niña de ojos esmeralda se preguntó si aquello valdría millones. Estuvieron jugando otro rato más, Katsuki decía ser su caballero mientras que Izuku la noble princesa del castillo derrumbado.
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El KatsuDeku más soft que podrás encontrar
FanficPorque el KatsuDeku soft vende y tengo hambre.