Advertencia
DekuKatsufem!Es difícil de aceptar, pero cómo detesta que se le acerque la chica de mejillas rosadas al nerd. Cómo odia cuando le sonríe y hace que el otro se contagie con esa misma alegría. Rueda los ojos al verlo enrojecer por su cercanía. Sin duda los chicos son unos idiotas, él nunca se pone nervioso cuando están cerca o siquiera cuando la mira. Es como si fuera un completo cero a la izquierda y eso es algo que Katsuki Bakugō no perdonaría.
Los chicos son idiotas. ¿Acaso no se da cuenta que ha rechazado al chico más guapo de la clase por él? Incluso ha dejado en la zona de amistad a su mejor amigo. Ha bateado a cada prospecto amoroso porque tiene la esperanza que en algún momento volteará a verla y se ruborizará de pies a cabeza como cuando está con la tonta de Uraraka.
Escuchar decir "Deku, tonto, jiji" es lo más patético y absurdo que ha escuchado. Le harta verlos revolotear como dos mariposas enamoradas. Qué asco, las ganas de vomitar se incrementan. Eso no se quedaría así, claro que no. Por obvias razones de tiempo, tiene más derechos sobre Deku que esa chica de mejillas gordas.
—Bakugō, vamos a salir a comer —habla Kirishima con el sonrojo adornándole el rostro, nervioso.
A veces Katsuki no se siente como una chica común. Le da asco el romance, son tonterías que sólo les gusta a las niñas cursis que nunca en su vida han estado cerca de un chico. ¡Claro que ha besado en el pasado! A un chico. Carajo o como se llame. Mierda, recordar que fue robado todavía le da más rabia.
La rubia rueda los ojos—. Ya voy, extras.
—¿Te parece si comemos en la azotea? —pregunta nuevamente el pelirrojo tomando su muñeca de pronto. Ella arquea una ceja y él de inmediato la suelta.
Aunque podría usarlo para llamar la atención del pecoso, que ha desviado su mirada unos segundos.
—Hombre, no tengo sarna, puedes tocarme —carrasparrea ella. Aunque, pensándolo con detenimiento, eso no sonó nada bien. Enrojece, le da la espalda y anda de inmediato a la salida del salón a paso veloz tras aquella extraña frase que ha dejado perplejos su grupo de extras y a la mismísima pareja de mariposas enamoradas—. ¡Ya, vámonos!
—Qué masculina —susurra Kirishima detrás de ella.
Algo que definitivamente no parece agradarle a Midoriya.
. . . .
—¿Te preguntó eso? —está boquiabierta. No se cree para nada la historia antes contada por el pelirrojo.
Después de las clases, a veces hacen pijamada. Todos son conscientes que la rubia se acuesta temprano, por lo que esconden los celulares y todo aquello que tenga algo que mida el tiempo para aprovecharse y hacer todo lo divertido en la noche.
Él asiente—. Kaminari y Sero estaban ahí.
—Doy fe de eso —señala el último nombrado levantando el pulgar, para después beber algo de gaseosa.
—¿Y qué le dijiste? —pregunta tratando de no mostrarse interesada, cosa que no pasó desapercibida por Mina quien comía palomitas con una sonrisa de oreja a oreja. Katsuki le mira con la ceja alzada, pero pronto se ve atrapada. Maldita sean las mujeres y su sexto sentido.
—¡Obvio que somos amigos! —exclama Kirishima ruborizado—. ¿Un chico y una chica no pueden salir juntos? Es una tontería.
Excusas, todos saben que el pelirrojo está que se muere de amor por ella.
Ella desvía la mirada—. ¿A quién le interesa lo que piense Deku? Debiste dejarlo con la duda.
Y que muriera sin saber la verdad, cómo le harta que esté preguntando por ella cuando anda como pony encantado detrás de la cara redonda. Quizás era porque estaba algo adormilada, pero sin duda eso elevó sus esperanzas.
Tres horas después estaban como muertos, Kirishima y Kaminari peleaban entre sueños mientras que Sero estaba bastante abrazado a la pierna del pelirrojo.
Ashido y Katsuki eran las únicas despiertas en el baño de la última. Salieron de la habitación de Kirishima para pasarse a la de la rubia para tocar esos temas que los chicos no podían escuchar.
—Si te gusta Midoriya, ¿por qué no se lo dices? —pregunta de golpe, ocasionando que se ponga roja.
—No sé a qué te refieres...
—¡Te gusta!
—¡Shhh, basta! —calla Katsuki tapando su boca. Mierda, eso le pasa por ser tan penosa con sus sentimientos. Mina se hace a un lado, con la sonrisa más resplandeciente que alguna vez le ha visto.
—¿Desde cuándo estás enamorada de él? —pregunta, se sienta en el piso y la rubia le copia, echándose hacia atrás.
—Secundaria, ¿de acuerdo?
—¿Desde entonces? Es demasiado tiempo, ¿por qué no se lo dices?
—No es tan fácil, digamos que eran tiempos difíciles.
Tiempos donde Katsuki abusaba de Izuku, sin duda. Donde en más de una ocasión le gastó bromas hirientes, rebotó su cabeza contra las paredes, quemó sus tareas, dibujó obscenidades en los libros de trabajo, le llenó de harina, huevo e incluso meado el cabello, cortó su piel con lapiceros. Katsuki fue su terror de instituto, algo de lo que ella reconoce.
Todo porque en el jardín de niños él le bajó los pantalones en público y le hizo pasar la mayor de las vergüenzas.
Claro que es algo desmedido.
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El KatsuDeku más soft que podrás encontrar
FanficPorque el KatsuDeku soft vende y tengo hambre.