Capítulo 23

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Me sentí morir, sentí como mi mundo ya estaba derrumbado y las pocas paredes o los restos de ellas se hacían polvo.

Dicen que cuando mueres, los recuerdos pasan por delante de tus ojos, haces un pequeño repaso de tu vida. Y así fue.

Me trasladé al colegio cuando estaba sentada con Laila y ella me contaba que se había enamorado de Marcus y que parecía que él estaba interesado en ella.

-Van a estar juntos- exclamé.

-No creo Eva ¿Tú dices que podría fijarse en mí?

-Claro que lo hará, solo ten paciencia, eres una chica hermosa- le dije.

Luego de pestañear aparecí en el parque, cuando tenía apenas dieciséis años y estaba con mi antiguo novio de secundaría, Daniel Nohuls, el idiota que quería solamente aprovecharse de mí. Ese día habíamos estado juntos hasta el atardecer cuando luego me llevó caminando hasta mi casa.

-Eres hermosa, estoy tan feliz de que seas mi novia- me dijo.

-Yo estoy feliz de que seas mi novio.

-Estaremos juntos para siempre Eva, nos casaremos y tendremos tres hijos ¿qué dices?

-¿Estás loco?- le pregunté- ¿cómo los mantendremos? ¿Tú los cuidarás?

-Estoy loco por ti, yo trabajaré medio día de algo que me paguen mucho dinero solamente para pasar el resto del día contigo y los niños.

-¿Cómo los llamaremos? ¿Serán tres niños o tres niñas? ¿Quieres que sean dos niños y una niña o dos niñas y un niño?- pregunté rápidamente, soltando todo lo que venía a mi mente.

Él me tomó de las mejillas y me besó. Era justo lo que yo quería, que me callará con un beso, un tierno beso como ese.

Estaba disfrutando de ese recuerdo, pero mi mente me traslado a otro. Tenía solo seis años y me encontraba caminando por el centro de la mano con mi madre y mi padre, ellos estaban juntos y me llevaban a tomar un helado.

Las lágrimas empaparon mi cara en un abrir y cerrar de ojos, lo que me preocupó. Extrañaba muchísimo a mis padres y solamente hacía unas semanas que no los veía. Pero había sufrido tanto. El estar sola en el bosque me dejó partida al medio ya que no estaba acostumbrada a estar tanto tiempo sin mis padres, sin que ellos me acobijaran o me malcriaran como si tuviera apenas diez años.

Comencé a abrir y cerrar los ojos con pereza, no podía desmayarme del todo y morir, o quizás sí, sería la mejor salida, mis padres de seguro ya me daban por muerta, así que nada mejor que morir y ya.

Mis brazos y piernas se aflojaron un poco más pero aun no caía.

Mi mente me traslado al momento antes de venir al bosque, cuando ambos estábamos juntos sentados en la estúpida clase del gordo profesor y él había tomado nota de todo y yo apenas había escuchado ya que quería hacerlo a mi manera y Scott me obligo prácticamente a anotar algo.

-No estoy muerto Eva, lucha, debes ser fuerte

¿Qué? ¿El chico que estaba sentado junto a mí me había dicho eso?

-Scott estás muerto- le dije a mi recuerdo.

-Eso es lo que crees, despierta Eva, no te rindas, debemos vencer juntos, vamos, levántate y pelea, te amo.

¿Él en serio estaba vivo? ¿Y si solamente era otra ilusión que había creado Charles en mi mente para que esté consciente cuando se aprovechara de mí?

De repente mis ojos se abrieron con fuerza. Me encontraba atada de pies y manos, mi ropa estaba toda arañada como por un lobo y tenía varios cortes en las piernas. Estaba sudando mares, de seguro había estado luchando para liberarme, pero no estaba muerta, estaba viva y encarcelada por Charles.

En El BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora