Fake Fan • JEON JUNGKOOK [✅]

Capítulo 7

Jungkook

Casi me muero. Creo que el corazón se me salió del pecho. Debe estar a un kilómetro de distancia ahora mismo. Recupero la respiración poco a poco.

Tomo los hombros de Nashly y trato de alejarla. Tenerla, literalmente pegada a mí, es demasiado incómodo. Lo es más considerando que este es un sitio público. Su cuerpo tiembla ligeramente mientras se aferra a la tela con más fuerza

—Por favor —suplica bajito—. Mi padre está aquí.

Aprieto la cajita que hace unos minutos me disponía a tirar en un bote de basura en mi mano. Miro a todos lados alarmado.

Doy con ellos en unos instantes. Son ocho hombres reunidos cerca de una tienda de perfumes. Son bastante fáciles de distinguir. Su ropa y sus rasgos no asiáticos los destaca de la multitud. Parecen estar intercambiando unas cuantas palabras. Luego se separan en grupos de a dos y toman direcciones diferentes.

Acerco más a Nashly contra mi cuerpo cuando dos de ellos pasan por nuestro lado. Me siento mamá osa protegiendo a su osito de una camada de lobos hambrientos que se lo quieren comer.

—Ya se fueron —le informo.

Ella levanta la cabeza y mira con mucha precaución. Al darse cuenta de que es verdad, decide dar un paso hacia atrás para distanciarnos. Me doy cuenta de que mis manos siguen en su espalda. La suelto de inmediato, sintiendo la vergüenza apoderarse de todo mi cuerpo.

—Bueno —carraspeo con incomodidad.

Veo un tacho de basura a unos pasos, aprovecho para tirar el envase de una buena vez.

—Gracias por ayudarme —me dice Nashly

Sus mejillas se han tornado de un color rosa que contrasta con su piel. Tan tierna. Me cacheteo mentalmente.  Estoy pensando demasiadas estupideces últimamente.

—No fue nada. No te preocupes.

Finalmente caminamos de vuelta a la sala. Donde no debemos esperar mucho para subir al avión.

(...)

Vuelvo a mi asiento después de deambular un rato. Esto es lo que no me gusta de viajar en avión, no hay nada interesante que hacer. Me aburro mucho. No me queda de otra que molestar un poco a los demás.

—¿Suga hyung, está dormido? —pregunto con delicadeza.

Baja la revista que cubría su rostro y me mira.

—Agradece que no lo haya estado —contesta dedicándome una mínima sonrisa.

—¿Sabías que Song NaeBi también está en este avión? —cuestiono con malicia.

Salta en su sitio, mandando la revista a sabrá dónde.

—¡No me jodas! —exclama entrando en pánico.

Hoseok hyung se rié de su actitud.

—No te rías —Yoongi lo sacude del hombro—. Esa chica da miedo.

—Tú le gustas, es solo eso —simplifica Hobi.

—Está en primera clase —les cuento recostándome al espaldar del asiento—. Hablé con ella hace unos minutos. Al parecer tiene unas secciones de foto en Okinawa para la empresa Song.

—¿Por qué a mí, dios mío? —pregunta Suga mirando hacia arriba.

—Dudo mucho que él te conteste —aporta Taehyung hyung.

Se ha levantado de su asiento y ahora nos habla desde el pasillo. Lleva una bolsa de patatas en la mano.

—¿Tae de dónde sacaste esa comida? —le pregunta J-Hope—. Este vuelo no incluye ese servicio.

—La azafata se lo dió a Nashly porque se sentía mal. Como ella esta dormida. Me lo como yo. No se puede desperdiciar —responde alzándose de hombros con simpleza.

—¿Nashly se siente mal? —pregunto con rapidez.

Mis tres compañeros me miran fijamente. Esas miradas hacen que quiera encojerme a tamaño miniatura para poder ocultarme.

—¿Qué? Es nuestra fan —me justifico sin poder ocultar demasiado bien mis nervios—. Me preocupa su salud.

Por suerte no replican nada.

—Lo único que me dijo era que tenía problemas femeninos —dice Taehyung.

Se ponen a conversar sobre el tiempo que tardaremos en llegar. Yo me quedo pensando por un rato.

—Hyung, cambiemos de asiento.

Taehyung me mira serio.

—Pero me gustaba la ventana —se queja airadamente.

Pongo mi mejor cara de súplica. Él resopla rendido.

—Sólo por esta ocasión.

Sí, señores. Yo he ganado. Me levanto de un salto y corro hacia el lugar. Paso a Nashly con cuidado de no despertarla y tomo lugar en el asiento a su lado.

Me quedo observándola por un rato. Está dormida, pero ni siquiera así su expresión es calmada. Su entrecejo está fruncido como si aún en sueños estuviera teniendo una batalla contra algo.

No me explico la curiosidad que empiezo a tener por esta chica. No sé si es algo bueno o malo. La verdad, tampoco me importa. Se siente bien y eso me basta.

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