Capítulo 29

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Jungkook

Llegamos al aeropuertopuerto en la camioneta. Esta noche saldrá un avión hacia Estambul, justamente dentro de treinta minutos.

Me quito el cinturón de seguridad en cuanto el auto se detiene. Intento abrir la puerta pero está bloqueada.

—Lo siento, no puedo dejarte salir —me dice Yoongi desde el asiento del conductor.

—Hyung —me quejo enseguida.

Mi mirada coincide con la suya por medio del espejo. Frunzo el entrecejo, tratando de hacerlo cambiar de opinión. El mira hacia el otro lado, evadiendome por completo.

Resoplo antes de darle una patada a la puerta. Después de eso uso mis puños para intentar salir.

—¡Maldicion, Jeon! Tienes que calmarte —me grita Taehyung.

Está sentado delante de mí. Me mira por sobre el asiento, mostrandose bastante descontento. No le hago caso por más de dos segundos.

Vuelvo a golpear la puerta con mi costado derecho. Pero no logro nada, el seguro está puesto y es imposible abrirla.

—¡Jungkook! —Jimin me sujeta de las manos—. Sé que estás preocupado. Todos aquí sabemos cuánto la quieres. Pero debes pensar fríamente. La situación es riesgosa. La policía está trabajando, ellos se encargarán.

SeokJin hyung me observa con comprensión. Hoseok parece aterrado de mi repentino ataque y desesperación por salir del auto. El resto parecen muy preocupados también. Respiro hondamente tratando de calmarme.

—Ustedes no lo entienden —espeto en un susurro.

Todos me miran atentamente, el silencio hace que aún hablando en débiles murmullos, todos puedan escucharme con claridad.

—Siento que si me quedo aquí la perderé para siempre —confieso—. Oyeron lo que nos dijeron sobre su padre. Ese tipo es capaz de hacerle mucho daño. Incluso ha asesinado a personas.

Mi voz se corta debido al dolor en mi pecho. No puedo imaginar a Nashly sufriendo. En un período tan corto de tiempo me he aferrado emocionalmente a ella como si una fuerza invisible nos uniera. La amo demasiado y no quiero que le pase nada malo.

—Por ese mismo motivo no te podemos dejar salir de este auto —explica Namjoon—. No queremos que te espongas. ¿Entiendes?

Le pego un último golpe a la ventanilla del auto con el codo. El cristal es tan fuerte que no logro nada más que un ligero dolor en mis huesos. Dejo caer mi cabeza contra el asiento.

La espera me pone ansioso. El silencio extremo hace que mi mente no deje de imaginar cosas. Incluso tengo miedo de moverme, siento que algo malo ocurrirá si lo hago. Como si estuviera rodeado de cristales que se harán añicos a la mínima respiración.

Y eso es justamente lo que termina ocurriendo.

Después de al menos veinte minutos mirando la parte superior de la camioneta, dirijo mi vista a la ventanilla. Un gran revuelo de personas ha salido corriendo de la terminal aérea.

Luego escucho detonaciones de armas. Varias en un corto período de tiempo, como los tiroteos en esas películas de acción. Me tenso en mi sitio.

—¿Qué está pasando? —le pregunto a mis compañeros.

Ellos también parecen asustados.

Transcurren varios minutos que me parecen eternos y por fin veo venir un grupo de policías. Meten al padre de Nashly, quién parece estar noqueado, a la patrulla, con las esposas puestas.

Es solo en ese momento, cuando notan que todo se ha solucionado y que no hay peligro, que me permiten bajar del auto. Suga quita los seguros de las puertas. Bajo del auto de un brinco.

Mis ojos buscan a Nashly por toda la calle y los alrededores de la terminal. La gente ha comenzado a reconocerme, pero los ignoro. Solo necesito verla a ella, necesito saber que está bien o me dará un infarto al corazón.

Por fin la veo salir. Su ropa está ensangrentada. Requiere la ayuda de varios policías para mantenerse en pie.

Agradezco que en esta zona no hayan muchas personas. Eso me da la libertad de correr hasta ella y acunarla en mis brazos.

—¿Qué fue lo que le pasó? —pregunto a uno de los agentes.

—Su padre la usó como rehén. Ella recibió un disparo —me explican.

Trago saliva. Miro sus ojos opacos y acaricio su rostro. Escucho de lejos el sonido de ambulancias llegando.

—Estarás bien, lo prometo —le susurro.

Nashly sujeta mi mano como si tratara de decirme algo. Pero su fuerza se esfuma a los pocos instantes y su mano cae.

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Fake Fan • JEON JUNGKOOK [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora