Capítulo 28

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Nashly

Siento que con cada suspiro mi energía se drena. Todo mi cuerpo duele, cada nuevo golpe arde. Los moretones recién hechos están ocultos bajo mi ropa.

Siento ese dolor en el corazón que se siente cuando se tienen ganas de llorar. Pero no soy capaz de seguir llorando, mis ojos se sienten resecos

Sentada en ese auto, la respiración a comenzado a faltarme. Estar sentada tan cerca de padre es como estar expuesta a un ácido muy fuerte.

—Escucha niña —me asusto cuando noto que se dirige a mí—. Fuiste muy astuta. Burlaste la seguridad de nuestra casa. Lograste salir del país. Lograste escapar. Eso tiene mérito, no te lo niego.

Trago saliva.

—Pero me desobedeciste, Nashly —dice señalándome con el dedo—. Siempre he sabido que eras una completa perdida de tiempo. Cuando el doctor dijo que eras una niña traté de que tu madre callera por las escaleras. Pero a pesar de eso naciste, bastante sana por desgracia.

Me atrevo a mirarlo cuando habla de mi madre, cosa que nunca hace.

—¿Por qué, padre? —inquiero en un hilo de voz.

Le da una calada a su cigarrillo antes de contestar.

—Porque yo no soy tu padre.

Abro los ojos, impactada por eso. Sus palabras hacen eco en mis oídos como si mi cerebro necesitará analizarla varias veces para entender.

—¿Qué?

Mi voz no es más que un susurro débil. Él me mira con una sonrisa aterradora.

—Gracioso ¿no es así?. Mi esposa queda embarazada de su amante y ese bebé termina siendo una inservible niña.

Bajo la mirada. Mi padre siempre ha dicho que las mujeres no servimos de nada. Por eso me decía en repetidas ocasiones que era un desperdicio, por ser una niña.

—Ellos intentaron huír —sigue contando con algo de burla—. Pero el lugar en el que terminaron fue en el jodido infierno.

Me quedo callada. No sé ni siquiera qué pensar. Mis padres, los verdaderos, están muertos. Él los asesinó. Eso hace que una lágrima se derrame por mi mejilla.

—¿Tienes ganas de llorar? —pregunta mirándome con finjida curiosidad—. No te preocupes, te daré razones de peso para llorar.

El terror se apodera de mi cuerpo y me encojo en mi asiento. Sé que mueva a hacer algo. Aprieto los puños, pero no lo hago, no logro defenderme de él. El miedo me paraliza, me congela. Llego al punto de no poder respirar con normalidad.

—Sostenganla —les ordena padre a sus hombres.

Mis brazos son sonrenidos y en poco tiempo me inmovilizan. Aprieto los dientes cuando padre acerca su cigarrillo a mi piel. Me quema de manera horrible, varias veces, en mis manos y ante brazos. Pataleo con fuerza y ahogó los gritos de dolor. Mueren en mi garganta y la dañan como si fueran afiladas dagas.

Cuando esa tortura acaba el auto arranca por fin, camino al aeropuerto. Lloriqueo en silencio, temblando por el ardor de las quemaduras. Solo puedo pensar en una cosa: Mi vida es horrible.

No, no lo es. Me retracto de inmediato. Conocí a Jungkook. Él es la parte buena de mi vida. Aunque, lo más probable es que no vuelva haberlo.

Esa realidad me golpea. No voy a volver a verlo nunca. ¿Qué habrá pensado cuando no llegué a nuestra cita? Debe estar muy preocupado.

Padre me quitó el teléfono y lo arrojó a la basura. Así que no tengo forma de comunicarme con él. Supongo que estará preocupado. Eso hace que se me parta el corazón. Duele más que cualquier golpe de padre.

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Fake Fan • JEON JUNGKOOK [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora