¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Algo que gran parte de las personas que conocen a Willy es que mentir y convencer a las personas con unas cuantas palabras es tan natural en él, todos en algún momento han caído ante su discurso solo para terminar haciendo lo que quiere, dejándoles dos emociones latentes, la sorpresa y el enojo, se sentían estafados pero nada podían hacer, ya habían puesto su palabra en aquello, tampoco les convenía negarse a lo que fuera que necesitara, una explosión como mínimo se ganarían.
Los héroes de Karmaland podían contar la cantidad de veces que habían caído en la labia del albino, aunque para ello siempre necesitaban personas que prestasen sus manos, aunque la única persona que podía contar y con suerte con los dedos de una mano los engaños del menor era su pareja.
Fargan era en algunas ocasiones participe de los engaños que hacía, pero casi nunca iba dirigidos a su persona, cosa que agradecía.
Agradecía hasta la actualidad, que estaba callendo en los encantos de Willy, quien lo abrazaba por la espalda, paseando sus manos por su pecho, riendo juguetonamente en su oído, pegando el pecho a su espalda, bajando luego una mano hasta su entrepierna; susurrándole con voz seductora que si lo llevaba a su hogar podrían hacerlo la cantidad de veces que gustase, sea en la cama, en el sillón, contra en mesón de la cocina, contra una pared o donde su retorcida mente le gustase hacerlo.
No pudo desperdiciar aquella oportunidad, rara vez Willy tomaba la iniciativa para tener sexo, o si quiera ser tan seductor cómo lo estaba siendo en ese momento, sería estúpido desaprovechar, por lo que, sin importarles estar dando tal show en público, el mayor tomó a su pareja en brazos para correr al lugar antes mencionado, relamiendosr los labios ante la idea de poder probar aquella piel que más de una vez degustó, sea en besos, lamidas o mordidas.
Llegó cansado pero poco le importaba, solo quedó esperando a que la puerta de entrada fuera abierta para poder ingresar y empezar con la diversión; aunque tremenda desilusión se llevó, cuando tuvo ambos pies dentro del hogar, con sus manos listas para atrapar aquella cadera que tan loco lo tenía, la expresión ajena cambio, a una más seria y hasta un poco burlona. Le desconcertó el cambio de actitud, ladrando leve su cabeza ante ese hecho, abriendo la boca para reclamar o siquiera preguntar que estaba pasando, pero ni a llego a decir cuando fue interrumpido por su novio, quien le explicaba que necesitaba de su ayuda para un par de cosas en su hogar, algunos cambios de lugar de algunos objetos que posee, arreglar unas cositas, ordenar y como final limpiar lo que hayan ensuciado.
La excitación que recorría a gran velocidad el cuerpo del moreno cayó en picada, cabaña de ser embaucado por su novio, quien no le dió tiempo de hacer una rabieta o tomar la iniciativa para tener relaciones en la entrada del lugar, simplemente lo tomó de la muñeca para arrastrarlo por todo el recinto, empezando a hacer aquellas tareas que nombró con anterioridad.
No sin antes decirle que si aguantaba hasta el final, si le quedaba algún resto de energía, lo dejaría hacer lo que quisiera con su cuerpo.
Con aquello en mente hizo cada cosa pedida y demandada, haciendo un trabajo impecable en todo, llevándole varias horas pero con energía al final.
Pensando en vengarse se acercó al menor, toamdno su cadera con una mano y su rostro con la otra, portando un rostro serio, viendo la sonrisa burlona ajena que solo le enojó más, bufó por esto antes de acercar su rostro con la intención de besarlo, sin esperarse que a escasos centímetros le corriera la cara terminando en un simple y burdo beso en el cachete.
Willy con auge divertido se excusó que estaba cansado y que mejor se iban a dormir, prometiendo que al día siguiente si podría profanar su trasero a su gusto, soltandome del agarre ajeno con la intención de agarrar su vaso de agua y salir de la cocina, si no fuera por qué fue tomando de la cadera, dandole la vuelta, siendo de forma algo brusca apoyado contra el mesón de la cocina.
Sintió presión en la zona de la cadera, lo estaba presionando cada vez un poco más, siendo desnudado de la parte superior de sus prendas; las acciones sobre su cuello no tardaron en llegar, al tiempo en que simulaba embestidas por encima de sus prendas inferiores.
La boca ajena fue viajando hasta su oído, generando un escalofrío que recorrió todo su cuerpo terminando en un jadeo.
F- espero tengas energía de sobra, que se vienen unas horas intensas cariño~
Aquella frase solo fue la advertencia de lo que serías algunas horas de sexo intenso ante la labia de su pareja, una vez se la puede comer, la primera es inesperada, pero no es tan tonto como para caer en una segunda, o bueno, siempre depende de la situación.
