¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si hay algo que caracteriza a David, alias Fargan, era la suerte que cargaba, muchas veces no llegaba a esforzarse demasiado que la suerte golpeaba su puerta para poder darle de forma indirecta lo que necesitase o darle un claro indicio de Loque tendría que hacer para conseguir aquello que necesita.
Muchas veces esta característica de él lo ayudaba en el trabajo, no solo ahí, en otros ámbitos también, cosa que a su pareja le daba envidia, no llegaba a poseer una suerte tan grande como la del castaño, hasta a veces pensaba que lo que poseía era el antónimo de la palabra, que la mala suerte lo acompañaba en algunas ocasiones.
Más de una vez el albino terminó bufando ante los alardeos que entraban por su oído, retumbando en su cabeza, y en algunas oportunidades hasta lo llegaba a poner de mal humor, aunque la misma actitud de su novio le terminaba relajando los músculos, aflojando su quijada dejando de apretar con intensidad sus párpados o de empeñarse en cerrar tanto sus manos que las puntas de sus uñas dejarán claras marcas sobre su blanquecina piel.
Sin embargo, eso solo es una parte de lo que sucede muchas veces, en otras ocaciones aquella suerte tan aclamada era un alivio hasta para el albino, que en más de una vez sintió que se le pegaba a él hasta el punto de apagar toda frustración que empapara su existencia, dando paso a un respiro de suerte; esto terminando en conseguir librarse un par de horas de su atareado y agobiante trabajo para poder pasar su escaso tiempo desocupado con su pareja, dándose el afecto que más de una vez no logran demostrarse al estar tan sumidos en sus obligaciones.
Y no solo para eso llega a sentir que es afortunado, sino que para aquellos momentos importantes dónde no sabe cómo demostrar su amor, sintiéndose insuficiente ante su carencia de facilidad afectiva, puede llegar a encontrar por azares del destino o suerte, un regalo perfecto, a veces sin la necesidad de que sea material, algo rápido pero original que a los segundos queda detallado, lo hace sonreír de forma desmesurada, buscando realizar el plan lo antes posible.
Cada regalo dado al mayor siempre es un mimo a su corazón, no por el regalo en sí, eso es lo que menos le importa cuando la carita sonrosada y brillante de la emoción lo reciben, notando en un pequeño brillo el esmero aplicado para realizar la sorpresa, dándole más calidez a su pecho con cada mínima cosa.
Para Fargan la suerte le dió lo mejor de esta vida, su suerte le dió al mejor novio enojo y tierno que nunca pensó iba a tener entre sus brazos, besándolo de mil formas o sintiendo su tersa piel.
La suerte de Fargan hizo la mejor jugada al cruzar sus caminos y hacerlos chocar accidentalmente un día de completo estrés para ambos.
