Cabaña

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Tu cabaña es más linda de cuando te la dio Cristián, según las personas que viven en tu ciudad; esta cabaña era una nueva expansión para hacer una colonia especialmente para los de clase alta, la cabaña no se termino de construir porque los trabajadores eran explotados hasta altas horas de la noche y algunos no volvieron a ser vistos, fue una buena excusa para hacer huelga y no hacer más el trabajo.

Un tiempo después, una pareja con planes de tener una familia llego a establecerse en esa cabaña, pero también ella tuvo problemas, los primeros meses decían que se sentían observados, luego veían las ventanas abiertas aunque les pusieran mil seguros, hasta la noche en que murieron, según muchos en manos de B.O.B

Ninguno de los dos hicieron caso a sus leyendas urbanas, hacían bromas sobre sus antiguos propietarios llamándolos collones, maricas, nenitas, etc (escribir tanto cansa).

Tenias una sala sucia, una cocina vacía y deteriorada con manchas en su cobertura que en algún momento fue blanca. En la parte de arriba están las habitaciones y un baño que solo están cubiertas de polvo, salvo el baño que juntos limpiaban cada semana y que ahora lo haces sola. En la primera planta hay una habitación no muy pequeña junto a la sala, le pusiste cortinas ligeras blancas, tienes un escritorio viejo con bastantes cosas que te ayudan en tus tareas y manualidades que vendes para cada celebración del año en tu escuela, era tu lugar favorito, no se lo has mostrado a nadie ni a tu mejor amiga, porque temes que si se lo muestras a alguien tu santuario se convierta en un lugar fastidioso, atosigante, intranquilo y lo pierdas por siempre.

No tenias problema alguno con tus padres por estar ahí hasta las 7:00 p.m, porque tus papás llegaban casi a las 9:00p.m. para la merienda, bañarse e irse a dormir para el próximo día. Quizá no eras de las notas más altas, pero, tampoco eras de notas bajas, o tal ves si, pero pronto tus notas subirían como por arte de magia.

Dejaste tu mochila en la silla del escritorio roto, y subiste a las no tan destrozadas habitaciones donde guardabas ropa que con tus ahorros de tu gasto semanal comprabas para tener por si no te daba tiempo de ir a tu casa a cambiarte. Tu sola en una choza que alumbrabas con velas en las tardes oscuras, y con algunos cuantos gatos que te hacían compañía de vez en cuando.

En cuanto bajaste, te pusiste a hacer tu tarea, decoraste con diurex de colores pastel tu tarea, en otra pegaste stikers metalizados pequeños y en la ultima hiciste algunos dibujos. Tendrías que subir tu notas un poco para que puedas recibir una beca y dejes de sentirte inútil y un estorbo para tus padres, quizá serias feliz.
-Podre empezar mi propia vida- pensabas.

Desde las ramas de los arbustos, te observaba con gran interés, no podías sentir su fría y tétrica mirada porque no quería ser descubierto aún, ¿Serias tu su nueva víctima? Te vio sonreír, vio la soledad que sentías en tu triste corazón, tu nublada mentalidad sobre lo poco afortunada que te creías, niña de pocos amigos, sueños dulces y una persona fácil de manipular, no seria difícil destruirte paso a paso y convencerte de que todo era mera coincidencia.
-Sera divertido este nuevo juego.
Una chica segada solo por pocas ocasionales situaciones de desastre y tristeza, esta vez si podría ser desafortunada, muy desafortunada.

Dieron las 7:00p.m. era la hora de volver a casa, guardaste tus cosas, cerraste la ventana de tu estudio y lo cubriste todo con una manta blanca que recién habías comprado para ocultar tus cosas, tomaste tu uniforme y saliste. El bosque era algo inquietante esta noche, su silencio se hizo muy incomodo pero a su vez terrorífico, había neblina bajando, haciéndolo gris oscuro y frío, esto nunca había pasado, las hojas crujían bajo tus pies, la madera de los árboles crujía por alguna extraña razón, llegaste a tener la sensación de que estabas perdida, y también de repente se esfumo al ver la calle que te llevaría a la que vives, respiraste aliviada, y seguiste tu camino, tres cuadras hacia adelante y una a la izquierda, caminaste hasta la casa mas bonita, elegante y pequeña a la que llamas hogar, al cruzar tu entrada sentiste el inmenso olor a flores y miel que despedía tu casita. Amabas ese aroma, no sabes como o porque tiene tu casa ese aroma, pero lo amabas, de verdad lo amabas, te recordaba cuando eras pequeña y hacían la casa de galletas para navidad entre los tres, cuando hacían galletas para Halloween y para cuando te sentías triste, ¿Por qué las dejaron de hacer?
-¿Por qué tuve que crecer?- te preguntaste en voz alta. No recuerdas aquellas veces en las que dijiste *Quiero ser grande*, *cuando sea grande seré... Haré...* no lo recuerdas y ahora que eres más grande ¿Quieres volver a ser pequeña?

Un mundo lleno de maravillas disfrazado de fracasos, derrotas, muertes, hambres, desesperaciones y tormentas. No te das cuenta de que hay personas que la tienen mucho peor que tu, solo te centras en tu propio sufrimiento, no ves lo que tienes y lo que estas a punto de perder.

En la mesa de tu casa había una nota de tu madre. 

Hoy llegaremos un poco más tarde, mi amor, tu padre me invito a una cena organizada por su trabajo y no podemos llevarte, lo sentimos mucho. Te deje dinero para que compres leche y galletas, compranos unas de mantequilla, por favor.

No nos esperes despierta y no te tardes mucho por favor.

Te amamos.

Soltaste un suspiro de pesadez, acabas de llegar y descubres esa nota diciéndote que debes salir otra vez a comprar leche y galletas, barriste tu casa, sacudiste los adornos y finalmente llego la hora de salir, buscaste en la alacena una bolsa ecológica y saliste a comprar lo que hacia falta.

El supermercado estaba algo lleno, saliste a las ocho de la noche de allí, te sentiste presionada por llegar a casa, hasta que recordaste que ellos iban a llegar más tarde de lo habitual. Se fue la prisa, caminaste con calma y sin preocupación alguna, tenias la tarea hecha, limpiaste la casa y solo faltaba que llegaras a ella de nuevo.

-Llegare a descansar, por fin- dijiste con una sonrisa.
Al llegar a tu calle, viste que las plantas de uno de tus vecinos sacudirse con brutalidad, te dio miedo pero te relajaste al pensar que solo fue un gato o un perro, no te harían daño ninguno de los dos, pero la criatura que te observaba tal vez si lo haría.

Seguiste tu camino con un ritmo considerado, el aire se empezaba a sentir frío, la bolsa con las cosas en tu mano empezaban a pesar y a cortar tu circulación en los dedos, así que cambiaste de mano y moviste la otra.

En un pequeño tramo de la calle no había luz ni por parte de las casas, quizá los dueños salieron. Al final del espacio de oscuridad, ves a alguien sentado sobre la banqueta, tenia una botella por lo que pensaste que sea quien sea, estaba ebrio, te preparaste para ignorar los posibles insultos que te gritaría por haberte atravesado, sin embargo, cuando cruzabas justo delante de él, se empezó a reír, tu al estar preparada no sentiste miedo pero si incomodidad.

-¿Quieres ser hermosa?- te contesto con una voz ronca y ahogada en el alcohol. No le hiciste caso y seguiste tu camino, eso lo descontento mucho, se puso de pie tambaleándose -No es correcto dejar a las personas con la palabra en la boca- dijo atrás de ti. Quizá debiste correr lo más rápido que pudiste, pero no pensaste las consecuencias.

No Creíste que tu vida acabaría aquí.

Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora