Vannesa

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¿Te enamoraste?, ¡Jack!, ¿Te enamoraste?

«¡Maldita Jill!»

No quería aceptarlo, pero si, empecé a tener emociones hacia ella.

«Ella es tu nueva forma de diversión, no lo olvides»

¡Carajo!

Después de Aarón me di cuenta, distanciarnos ha sido lo mejor que he podido hacer, observar nuevas víctimas con potenciales increíbles en los juegos, ah, es una increíble forma de distracción.

Ella se ha visto algo apagada, tiene unas ojeras demasiado pronunciadas en sus ojos, sus labios rotos y aún así se ve maravillosa con los vestidos que le he dado.

Cada que vuelvo a la feria ella me recibe sonriente, tal vez sea hora de dejarla libre por más tiempo.

Ah, vaya. Torturó a un hombre con dardos, no dudaba al lanzarlos, su precisión y su puntería me fascinó, es tiempo de se vuelva un hábito, después podrá quedarse conmigo por siempre.

☠️

A

ella le gusta jugar sola, le gusta destruir su cabello rubio con marcadores y chicles.

—¡Me parezco a Vannelope!

Su papá entro muerto de risa.

—Oh, por dios, Vanessa— una mano sujetaba su frente y con la otra sostenía una canasta con ropa limpia —Pudiste haberme dicho que te peinara.

La niña sonreía de espaldas al espejo mientras sonreía a su padre.

—¡Pude peinarme sola!— gritó con los brazos extendidos hacia arriba.

Su padre aún sonriente ante la travesura de su hija dejo la canasta sobre un mueble del cierto de su niña, luego corrió hacia ella y la levantó del piso.

—Mi pequeña se está convirtiendo en una mujer independiente.

Ella reía muy fuerte, su suéter azul marino y sus shorts de mezclilla negros, sus piernas cubiertas por mallas blancas y sus zapatos escolares, claramente estaba intentando hacer un cosplay, tan tierna, tan solitaria. Potencialmente divertida.

—Ay, Vann. No pensaste en como quitarte el chicle— comentó su papá —Vamos a tener que ir a qué te corten el cabello.

—¡No!, ¡No, papi!— suplicaba —tu siempre tienes soluciones mágicas, me baño y se caerán los chicles, ya verás.

El hombre dejo a su hija ir al baño, él tomo la canasta de nuevo y salió del cuarto.

Mientras analizaba la habitación, la escuchaba cantar al otro lado de la puerta del baño, su voz chillona y desafinada, ella no nació para ser cantante.

Muñecas, caballos, carrozas, bebés, cobijas, biberones, sonajas, coronas, serpentinas, confeti, y mucha diamantina. Los juguetes más típicos de una niña. En su jardín había una casita de su tamaño hecha de madera, una mesa de juguete, una casa de muñecas y un columpio.

Salí del cuarto y observé al padre doblando la ropa.

—¡Ay, esta niña!, cada cosa que se inventa.

Su cuarto era simple, paredes blancas, muebles de madera, una televisión y su colección de zapatos. ¡Qué aburrido!

El resto de la casa estaba pintado de color crema, todo en perfecto orden, de no ser por dos bicicletas que arruinaba la vista de una casa en perfecto estado. Una familia funcional.

Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora