¿Segunda Opción?

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Un mes.

Ha pasado un mes desde que Jason, me ha obligado a "levantarme", no tiene tacto, es frío, cruel, pero muy divertido en sus momentos.

El sol comienza a ponerse rojo, las nubes de tonos rosas y anaranjadas, incluso el agua se ha pintado de dorado por los escasos rayos de sol.

—Es muy hermoso, ¿No?

Mire al jovén pelirrojo, sus manos sobre las bolsas de su pantalón, su postura lo hace ver intimidante. Me alegra ser su amiga y no su enemiga.

—Muy hermoso— respondí.

Hubo silencio después de eso, ambos contemplabamos el atardecer, tenía mucho que no veía algo tan hermoso, claro, sin mencionar a mi payasito.

—¿No te sientes aburrida?— preguntó.

—¿De qué?— cuestione curiosa.

—De una persona a la que solo ves en cuando él quiere que lo veas.— me miró —Él no siempre te trata bien. No está cuando realmente lo necesitas, ¿Por qué sigues aquí?

Lo miré anonadada, ¿A qué venía eso?

—Sabes como salir, eres la única que ha logrado salir de su lugar, ¿Por qué te quedas?, ¿Por qué regresas?

—Por qué lo amo.

*Típico*

El pelirrojo se quedó en silencio, contemplando la llegada  del cielo nocturno. Tan taciturno.

¿Cómo es tan sereno? Me parece el tipo de persona que no mataría ni una mosca.

Una persona fantasma tan solitaria como muchas otras, pareciera que mi destino está relacionado con las personas fantasma.

—Te llevaré a un lugar— hablo sin despegar la vista del cielo —Quiero que veas algo. Es cercano, y no te preocupes, no te haré ningún daño.

Lo miré y reí por lo bajo, jamás hubiera pensado en qué él fuera una amenaza.

Él me sonrió de regreso y extendió una mano hacia mi.

—Vamos, te llevo de regreso antes de que Jack se preocupe.

Tomé su mano y me acompaño de regreso, antes de que pudiera agradecerle, ya se había ido. La feria encendida lucía más bonita que de costumbre. Sus colores rojos y amarillos, casi daban un toque de nuevo, olía a pintura y palomitas de caramelo.

En la carpa, se encontraba él, me pareció elegante con su sombrero largo y la rosa roja que tenía en la mano. Al verlo, aceleré el pasó y me detuve en cuanto lo vi hacer una reverencia, me entrego la rosa y la olisqué.

Dentro de la carpa se veían las mismas siluetas de siempre, tan animadas.

Jack, me abrazaba por la espalda y recargo su mentón sobre mi cabeza.

—Falta poco para que seas como yo, aún te falta madurez y frialdad con aquellos seres que te rodean, pero, confío en que lo lograrás. Mi pequeña.

Sonreí ante la idea de vivir eternamente a su lado, era como las historias que mi mamá me contaba de pequeña. Tan lindo.

Durante tres días recibí rosas carmesí, besos y abrazos, no fui con Jason a donde sea que quería llevarme, he estado tan cómoda con esto, no quisiera dejarlo, no después de haber cometido un grave error que me costó mucho enmendar.

Me encontraba en soledad dentro de la feria, disfrutaba el sol naciente, rojizo y cálido. Nunca había presenciado el amanecer, siempre los he sentido, cuando me la pasaba encerrada en una habitación a la que llamaba salón de clases. Ahora por fin puedo verlo, el nacimiento de un nuevo día, se sentía increíble, ojalá nadie se perdiera de un espectáculo así.

Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora