Cazando

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Jared es un chico muy atento, es muy listo y es grandioso escuchando, podría decir que es como un hermano mayor.

—¿Me ayudarás a cazar personas fantasma?

—No lo sé, soy un poco torpe.

—Vamos al bosque, entrenamos tus reflejos.

—¡No!— no quiero que Jack lo vea —Digo, en la escuela lo intentaron.

—Defensa personal— dijo —Fue un programa en todas las escuelas, hubieron muchos secuestros, no por personas fantasma, sino por personas normales.

—Es increíble como a pesar de tantas atrocidades aún hayan personas que quieren hacerle daño a otros.

—Dicen que el humano es el único ser que es capaz de matar a sus iguales— respondió con un dato curioso.

El trabajo fue más frustrante que otros días, moría de hambre y quería descansar.

—Nos vemos luego, amiga— se despidió Jared.

Se acercaba el invierno y a pesar de que aquí no hay nieve, hace frío. Esta va a ser mi primera Navidad sola, sin mis padres, solo Jack y yo, no puedo evitar sentirme sola a pesar de tener a Jack.

La tierra crujía bajo mis pies, no me gusta, pero es agradable cruzar todo este camino hacia la casa donde está mi dulce payasito.

—T/N— llamo. Sus brazos me tomaron y me dio un beso en los labios. ¿Esta será su nueva costumbre para recibirme? Porque me gusta.

—Te extrañé.

—Yo también te necesitaba pequeña belleza— se me subió el color. —Tan tierna como siempre, apúrate, quiero saber que más pasa en el libro.

—Claro.

Jack

Ella sigue oliendo al perfume de ese extraño. No me voy a quedar de brazos cruzados, ella va estar conmigo, venderé su alma y así ella se quedará conmigo.

Creo que le gusta la sangre, la he visto observar con atención las escenas sangrientas con atención y asombro, ella sería una excelente compañera de masacres, si la presionó lo suficiente será una cazadora por excelencia.

—Es hora de dormir, pequeña.

—¡No!— reclamó —Quiero saber que pasa después.

—Pues no, yo quiero dormir.

Desde el fin de semana he dormido en su cama, su temperatura corporal se siente bien, además me gusta verla vulnerable, con la guardia baja, y tan ligera. No podía dejar de pensar en como acabar con la vida de ese mal nacido que quiere quedarse con mi amiga, ¿Cómo me deshago de él?, y más importante ¿Cuando? Podía sentir su sangre correr entre mis manos, deseaba tanto matar.

La noche paso y no deje de pensar en eso, solo cuando ella se movía para reacomodarse, partes de su cuerpo se ponían frías por no cubrirse con las cobijas, me fascina su piel, tersa.

—Buenos días, hermosa— saludé cuando la vi despertar.

—Buenos días, Jack— sus brillantes ojos al despertar me parecían soles si sonreía, cada mañana, me gusta su cara cuando despierta.

Hizo waffles para el desayuno. Tengo que admitir que sabe preparar cosas maravillosas, dulces o saladas, me gustan sus habilidades, y sé que puede tener más.

Hoy la seguí a su trabajo, obviamente oculto, nadie sabe de mi en este lugar, no he tenido el placer de matar a alguien de aquí. Los niños corren de un lugar a otro, patético, conductas que se mantienen desde hace siglos, ella no los ve, y yo sigo esperando a que los dos salgan del trabajo, tuvieron un almuerzo en la tarde, la vi muy atenta a su conversación, no leí sus labios, estaba tan molesto que quisiera desmembrarlos, pero lo probable es que me terminaría arrepintiendo, solo yo puedo acabar con esto sin dañarla, ¡Su atención es mía!

El extraño vive más lejos de lo que pensé, su vecindario necesita luz, la penumbra me tentó a acabar con su vida, sería fácil y nadie podría auxiliarlo, fantástico. Me acerque por la espalda, llamé su atención y en cuanto me vio cambio su expresión de  calma por una de pánico, adoro esas expresiones, estaba a punto de clavar mis garras en su cuerpo pero saco un crucifijo, me reí por su medio de protección.

—Eso no sirve conmigo.

Me tiro tierra a la cara y empezó a correr, su silueta de ropa blanca, podía verlo, lo iba a alcanzar, pero, me golpeó en la cabeza con un tubo de metal, quedé aturdido, lo perdí. Gruñí y regrese a la casa.

—¿Dónde estabas?— me preguntó.

—Salí a caminar, también me aburre estar todo el día aquí encerrado— ella me miró desconcertada —Tal vez también busque otra vida.

Su mirada de miedo a la soledad, no quiero irme de su vida, quiero ser su vida. —¿Dejarías de tener amigos por mi?— tome sus manos y la mire hacia abajo, que tierna estatura.

Con la cabeza baja —Esta bien— sonreí por su respuesta. Ya es mía.

—Te adoro, pequeña niña hermosa— besé su frente, y la jale al sillón individual, me senté, tome su cintura y la senté en mis piernas, le di un beso largo, y le pase el libro —¿Quieres continuar?

Su dulce voz siguiendo las palabras escritas por un desconocido me llevan lejos de este mundo, es por eso que quiero que ella esté conmigo, me calma, me endulza, me mata y me hace sentir muchas otras cosas, aún tengo ese pendiente.

Pobre chico, cree que con una cruz puede lastimarme, «Que fácil será acabar contigo»

Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora