Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»

Un buen amigo.

  El abrazo parecía estar exprimiendo tus emociones reprimidas, te pusiste a llorar, y él te consuela, acaricia tu suave cabello, escondes tu cara en su pecho y el sigue contigo. De pronto te calmas. Crees que todo mejorara o al menos eso sientes, laughing Jack ríe un poco para darte más confianza en sus palabras.

—Todo terminara, y ya no sentirás dolor ni soledad— *De hecho no sentirás nada más * pensaba. Miras sus ojos fríos que te parecen lindos, poco delineado negro, pasa su mano por tu mejilla y te da un beso en la frente, cierras los ojos, una ultima lágrima resbala por tu mejilla, tu perfume se intensifica y te hace creer que es el aroma del tétrico payaso monótono.

—Ahora estoy yo, para hacerte compañía en las buenas y en las malas, porque eso hace un buen amigo

—Gracias, Jack

   La tarde se pasa lenta, un momento de alegría es lento para quienes tardan en sentirla, Laghing Jack comprende la mente de sus elegidos y siempre investiga más y más para complacer a su víctima. Hacen juegos tipo verdad o reto, cuentan experiencias, aunque claro la mayoría de lo que dice es mentira o simplemente omite las partes de violencia, sin embargo, algo esta pasando, se siente tranquilo, siempre hace cosas con más actividad más divertidas y energéticas y contigo esta muy pasivo, tu mente le dice que jamas lo abandonarías, y eso es verdad, estas entablando una relación muy estrecha con él y le gusta eso, pero el ya tenia planes, no creo que los cambio solo por sentir algo que hace mucho no sentía, desde la infancia de Isaac.

  Calidez de infancia. Eso era lo que ambos sentían, cuando todo parecía estar bien y que a pesar de los problemas seguían con ganas de vivir, con sus ilusiones y deseos de corazón, ¿Qué es lo que pasa por nuestras cabezas cuando crecemos?
Cuando eramos fuertes y nada importaba mas que seguir jugando. Crecer no es malo y pronto te darás cuenta de eso, con esta entidad cósmica a tu lado entenderás que la vida era muy buena contigo desde el principio. Cuando se hizo más tarde, ambos salieron a ver el inmenso bosque, pequeñas luciérnagas iluminaban cortos tramos de el, el viento fresco, la luna llena iluminando el cielo con las estrellas a su alrededor, cielo despejado, amistad verdadera, con momentos preciados que quedan en el corazón.

  Los dos veían el paisaje con sonrisas, hasta que te quedaste dormida, Jack se dio cuenta de inmediato, sus modales le impulsaron a trasladarte a tu casa, en tu casa, a la mañana siguiente todo te parecería un sueño, no le importa estar solo un rato, sabe que volverás para jugar con él.

  El jueves que despertaste, creías que todo fue un sueño, estabas triste porque los sueños son deseos del corazón. Era triste, pero parecía lo más creíble, te levantaste a hacer tu típica rutina y te fuiste a la escuela, todo normal solo porque tenias mucho sueño, había un aroma dulce y una extraña canción infantil que no salia de tu cabeza, un sentimiento raro de que te observaban, pero, nadie te veía más de lo normal. La clase de defensa bajo el arcotecho de la escuela, hacia mucho calor por sus movimientos, los maestros los veían desde una banca, estaban tan felices de su progreso y la idea de meter la clase ya estaba asegurándoles un mejor futuro dentro de su país, la siguiente semana les tocaba un enfrentamiento contra los mismos alumnos, según ellos para evaluar el progreso de cada uno y reforzar lo que se les dificulta y perfeccionar.

  Al salir de la escuela les dieron una cajita que no debían abrir hasta el día de la prueba, la guardaste en tu bolso y seguiste tu ruta. Camino silencioso y ajetreado en las carreteras, viento caliente, que horrible cambio climático. En tu casa no había nadie, tu mamá fue al trabajo y no regresaría pronto, por lo que tomaste una escoba para calmar tu ansiedad, barriste, trapeaste, lavaste los trastes el baño, ropa, parece que no podrás ir al bosque hoy, o tal vez si porque casi cuando iba a llover tomaste tus llaves, un suéter, una sombrilla y una bolsa con comida para gato, ahora el viento era frío y fuerte, no te asustaba, pues tu cabañita era más fuerte que al principio, ya no tenia goteras o ventanas rotas, cualquier día podrías tomar tus cosas e irte a vivir allí tu sola con los gatos.