Fin

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Desde aquel día que lo vi lleno de colores, empecé a apreciar más su presencia, y su cariño. Ya lo habían dejado antes, no podía dejarlo ahora, ahora quisiera poder regresarle sus colores, ojalá pueda hacerlo por él.

Llevar a cabo las técnicas que investigue sigue siendo muy difícil, es difícil mostrarme desinteresada con él. Se ha mostrado tan cariñoso, me hace reír mucho.

—Tengo que salir— le comenté.

—¿Me vas a dejar solo?— su rostro entristecido. Se ve tierno, ¿Qué hago?

—Tengo que hacer mi entrenamiento.

Él miró hacia un lado, por un momento creí que se había enojado.

—¿Y si jugamos a atrapar?— propuso —Asi ambos corremos.

¿Cómo negarme?

Tal vez, Jason, se enfade pero, Jack es mi pareja, él tiene prioridad.  Así que acepte la propuesta de Jack.

Ambos salimos de su cuarto.

—Las damas corren primero.

Me hizo una reverencia y se giro para empezar a contar.

—1

Avance unos cuantos pasos hacia a atrás.

—2

Me di la vuelta, ¿Hacia donde correr?

—3

¿Un lugar con acertijos?

—4

¿O un lugar plano?

—5

Empecé a correr entre las carpas de peluches. Jack, corría detrás de mi, algunas carpas con su estructura dañada me dificultaban el pasó. No recuerdo que esto estuviera así.

—¡Voy a atraparte, niña mimada!

Esa voz suya me alentó a estar más atenta a mi camino, saltaba y giraba en cada tienda que había, me patinaba, pero siempre tuve mi equilibrio.

—¡No te salvarás por mucho tiempo!

Corrí por unos minutos, Jack ya no me seguía, me estuve en el puesto de palomitas recuperando el aliento, estoy tan orgullosa de mi rendimiento, Jason es un excelente maestro.

Me di la vuelta, tan triunfante y confiada, incluso iba a silbar, cuando esté hombre alto de nariz anillada salió de entre las sombras, asustandome.

Mi corazón late como loco, los dedos me hormiguean y mi cabeza palpita. Su mejilla unida a la mía, y sus dedos tibios sujetando mi cintura.

—Te dije que no te salvarás de mi.

Su sonrisa torcida me dio escalofríos por la espalda. Imite su sonrisa y él soltó una risa estrepitosa.

—¿Por qué me imitas?

Algo me dice que él sabe la respuesta, pero, aún así le respondí —Imitamos el comportamiento de las personas que nos gustan.

—Tengo algo interesante para nosotros— me peino el cabello —Esta noche, creo que ya estás lista.

Sonreí abiertamente, por me ha aceptado.

—Necesitamos unas cosas, será fácil encontrarlas. Al menos para ti.

Me abrazo de espaldas, nos quedamos contemplando un nuevo cadáver, el cadáver de un hombre joven, no tenía ojos y le falta un brazo. Empezaba a apestar. Su mano se deslizaba hacia mi vientre y sentí que se iba de mi cintura a mi vientre.

Amame o Tememe «Laughing Jack x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora