1.

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La cama golpeaba con fuerza la pared de la habitación, los gemidos y jadeos se escuchaban por parte de ambos, gotas de sudor se deslizaban por sus cuerpos y el sonido de sus pieles chocar solo los excitaba más, ninguno de ellos había experimentado tal éxtasis que ahora predominaba en sus cuerpos.

La garganta del de mechas moradas ardía, quería parar de gemir, pero simplemente no podía. Se sentía tan jodidamente bien estar siendo penetrado con rudeza por el tipo que estaba entre sus piernas que simplemente dejaba que su cuerpo se expresara ante el placer desmedido.

Gimió a lo alto cuando el peliverde se corrió por tercera vez dentro de él, el sentir su entrada llena era algo magnifico que muy pocas veces se permitía. Sin dejarlo poder regular su respiración el mayor ataco los labios del que estaba abajo suyo, siendo grotesco y poco cuidadoso beso, mordió y jalo los felpos labios dándose el gusto de maltratarlos como él quisiese.

Su miembro erecto seguía dentro del chico siendo presionado por sus paredes, sin dejar de maltratarlo volvió a embestido jodiendo su exquisita entrada. Gemidos y quejidos eran ahogados por las mordidas y el jugueteo de lenguas que tenían.

Con brusquedad saco su miembro dándole vuelta al chico y volviéndolo a penetrar con dureza, sus manos tomaban con fuerza sus caderas dejando visibles marcas de las que por alguna razón se enorgullecía hacer, con fuerza nalgueo al moreno hasta dejar su piel rojiza.

— ¿Te gusta bonito? — pregunto sarnoso tomando su cabello y jalándolo con fuerza obligándolo a separarse de la molesta almohada que impedía escuchar sus gemidos de placer — ¿Te gusta cómo te follo? —

El chico cegado por el placer no podía responder, su cerebro no podía siquiera articular una mísera silaba para responder — Te pregunte algo — el chico sintió un gran ardor en su glúteo derecho, las lágrimas llenaron sus ojos al sentir arder su entrada, el tipo había dejado de penetrarlo, su interior abrazaba y apretaba con fuerza el pene haciendo que doliese — Vamos cariño responde — cada vello de su cuerpo se erizo al sentir el cálido aliento en su oreja, apretó las sábanas cuando mordidas dolorosas comenzaron a ser repartidas por su cuello y espalda — ¡Responde! — exigió siendo penetrado con una fuerza increíble.

— S-Si, si me g~gusta — logro decir poniendo todo su empeño y concentración, el peliverde sonrió en grande volviendo a penetrar al chico con salvajismo, le gustaba, disfrutaba tenerlo en cuatro, penetrarlo como se le antojase recibiendo puramente gemidos y gritos de su parte.

— ¡Ah! Mas~ — suplicó en lloriqueo sintiendo como el miembro dentro de él tocaba su punto dulce, el peliverde obedeciendo su suplica comenzándolo a penetrar más profundo.

Las lágrimas se deslizaban por las mejillas regordetas del moreno, todo él se retorcía ante las violentas embestidas que cada vez se hacían más aún más descuidadas, una mano fue puesta en su boca impidiendo que gritara al sentir el cálido y espeso semen llenar su interior.

— Buen chico — susurró el peliverde saliendo del interior del chico besando toda su espina dorsal, desplomándose y acomodándose a su lado.

— Me sentí perro — replico dejándose consentir por el mayor quien soltó una pequeña risa mientras lo acomodaba mejor pasando su brazo abrazando a la muy maltratada cintura del chico.

El moreno se sentía increíblemente bien, su cuerpo comenzaba a pesar y con ello una leve molestia que de forma inconsciente dejaba de lado, cerro sus ojos dispuesto a dormir.

Chillo al sentir como su piel siendo mordida y jaloneada, pero no tenía fuerzas para separarlo por lo que lo dejo hacer.

— Listo — un gran y rojo chupete se había formado en el cuello —Descansa belleza — beso sus labios por ultima antes de caer rendido en los brazos de Morfeo.

De mi propiedad - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora