12.

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— Y por eso quiere reunirse contigo — termino de explicar sintiéndose feliz, Mark miraba esa estúpida aura tan asquerosa y como de ella brotaban florecitas causándole nauseas.

— ¿Y porque estas tan feliz de ello? — pregunto — ¿Qué te hace pensar que aceptare reunirme con él? — se cruzo de brazos mirándolo fijamente deseando que esa maldita aura desapareciera.

— No lo sé — respondió simple — Pero seria bueno, él ya no seria un "enemigo" o "amenaza" sino un aliado y yo podría visitarlo sin problema alguno — respondió regalándole una gran y bonita sonrisa.

Por una fracción de segundos Mark odio esa sonrisa tan bonita que su novio le regalaba, pero no era su culpa el estrés se lo estaba comiendo y más porque el estúpido de su hermano se había dado vacaciones sorpresivas, su alma lloraba por dentro mientras sus ojos mataban a todo el que los mirase y su pequeño no era la excepción, pero este parecía valerle quince etarias de sandias.

— ¿Cómo lo conociste enano? — pregunto recostando su cabeza en el respaldo del mueble que estaba más duro que una tabla de madera o una piedra.

— En un par de carreras, creo que para ese entonces andaba reclutando corredores, me invito unos tragos hablamos un poco pero no acepte y no se como terminamos siendo amigos — explico.

— Que gran historia, increíble y explicita deberías ser escritor — dijo sarcástico.

— Eres un feo — puchicheo, el mayor cerro sus ojos escuchando los lindos y aniñados sonidos que su nene producía con sus labios — Mejor me voy — se levantó — Me transmites tu mal humor y yo no quiero tener una cara de asco como tu — Mark supo que su moreno se había ido de verdad cuando escucho la puerta ser abierta y cerrada en fracción de segundos dejándolo solo en su despacho.

Se estiro dejando que sus huesos tronasen dándole una relajación exquisita, en su cabeza hizo una lista de las cosas que debía hacer, cerro sus ojos un momento deseando que nadie lo interrumpiese, pero la vida lo amaba tanto que su celular comenzó a soñar como loco enojándolo aún más — Vaya que me ama — dijo mirando el número que se reflejaba.


Se estiro dejando que sus huesos tronasen dándole una relajación exquisita, en su cabeza hizo una lista de las cosas que debía hacer, cerro sus ojos un momento deseando que nadie lo interrumpiese, pero la vida lo amaba tanto que su celular comenzó...

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Caminaba con lentitud apreciando y deleitándose con los hermosos arbustos, árboles y montones de flores que poseía el hermoso parque, tras salir del despacho de Mark le había pedido a su ahora amigo chofer que lo llevara a un lugar bonito donde pusiese relajarse y dejar su alma en paz y vaya que el señor Kim lo había sorprendido.

Había tomado varias muchísimas fotos publicando unas cuantas que lo habían convencido, él era muy meticuloso con eso, le gustaba muchísimo que todo estuviese perfecto y si un jodido mosquito o mosca se miraba, aunque fuese lejos él la descartaba.

El lugar estaba desolado, literalmente solo era él y las plantitas arcoíris — Hubiera amenazado a Kim para que me acompañara — dijo alto sabiendo de sobra que solo los espíritus los escucharían, abultando sus labios se puso a pensar o mas bien enumerar a sus amigos llegando a la conclusión que no tenia muchos al poder contarlos con sus dedos e incluso le podían sobrar.

De mi propiedad - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora