De mi propiedad - Markhyuck

26.

Ambos apuñaron sus ojos al volver a escuchar la maldita alarma que perturbaba sus descansos — Minhyung — susurro el moreno desganado queriendo solo voltearse y dormir diez horas más para poder al menos sentirse en un treinta y cinco por ciento.

— Te toca apagarla — respondió el mayor con pereza tirando un brazo hacia el moreno, este estando casi en la inconsciencia siendo llamado por Morfeo se removió con esfuerzo tratando de alcanzar el jodido celular que está jodiendo su jodido sueño embellecedor.

Sintiendo la pantalla con la punta de su dedo deslizó la asquerosa cosa para cancelar la aún más asquerosa alarma — Minhyung — el nombrado respondió con un sonido extraño en ese momento para él — No vayamos — susurró volviéndose a acomodar procurando no lastimas a su pequeño — No tengo ganas siquiera de hablarte — expresó ahora siendo él quien pasase un brazo sobre el cuerpo del Mark.

— Está bien... — Mark se sentía también de la mierda, estaba cansado, estresado y agotado, jamás en su jodida vida se había sentido tan cansado iniciando el año, hasta había pensado que su novio le estaba chupando la vida como un vampiro, pero bien por su estado lo descartaba por completo — Después llamare a Jeno — se esforzó en decir siendo egoísta porque su hermano igual estaba de la mierda.

Mark atrayendo a su novio paso un brazo por su abdomen sonriendo somnoliento al sentir como su hijo crecía — Oye — habló recibiendo un sonido del moreno — ¿No está mucho más grande? — preguntó haciendo memoria de que su panza se notaba y sentía mucho más a como las imágenes lo hacían ver.

— No sé, para mi está bien — respondió — Si quieres podemos ir — y aunque Donghyuck odiase los jodidos doctores y los malditos hospitales estaba muy de acuerdo en ir por el bien de su hijo o hija — O cuando sea nuestra cita ¿Qué fecha es? — pregunto sintiendo un más que leve dolor en la garganta y como el sueño muy de a pocos se iba alejando de él.

— El treinta — respondió con los ojos cerrados apuñándolos otra vez por el sonido tan molesto que ahora estaba emitiendo su celular — Estúpido celular, estúpida alarma — se quejaba mientras se levantaba para encontrar al maldito — Estup — su nueva queja se quedó en la nada al ver el día — Hyuck, amor - volteo donde su novio — Hoy es treinta — un quejido el moreno salió lleno de pereza, él no quería levantarse más que para comer y bañarse y el bañarse se quedaba como una opción.

— ¿Pará qué hora la hiciste? — ya sus ganas de existir eran nulas, el sueño se había esfumado y el mal humor quería adueñarse de su ser.

— Dos y quince — respondió el mayor volviéndose a acostar a la par del moreno — Descansemos un poco más ¿sí? — el moreno lo miro con el ceño fruncido y un piquito hecho con sus labios — No me mires así demonio — lo señaló también con el ceño fruncido — De todas formas debemos hablar y tienes que visitar a tu abuela y decirle, ya no puedes seguirle ocultándole tu embarazo — las mejillas morenas se inflaron — Lee hablo enserió - la única respuesta que obtuvo si es que podía llamarla así fue un refunfuño antes de darle la espalda.