2 ☔︎︎𝚄𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘 𝚜𝚎𝚡𝚢☔︎︎

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Jonh Meyer

A mi me molestan las personas que hablan demasiado pero resulta que con Ariana es diferente. Con ella se siente bien.

Pero que hable es una cosa, que me siga sin conocerme es otra muy diferente.

<<Aunque claro que quiero que me siga>>

—Si ya no trabajarás aquí, dímelo para comunicarle a mi madre.

Ella dice un poco irritada, me está preguntando desde hace ratos y aún no le respondo.

Retiro lo  que dije de "con ella se siente bien"

—Puedes decirle que no, que ya no quiero trabajar aquí—respondo sin mucha importancia.

—¿Pero, Porque?

<<No, nada importante es solo que tu estas aquí y será muy difícil concentrarme.>>

Lo pienso pero no lo digo.

—Por que no me da la gana ¿ok?—contesto apresuradamente.

—Bien, no te molesto más espero te vaya bien.

Pensé que me seguiría preguntando algo, peor al contrario, esta tan ¿enfadada? Que no le importa lo que diga

No te pongas melancólica niña, me harás llorar.

Ella se va, pero no puedo dejar que eso pase.
No lo digo por el trabajo, en realidad quiero saber más de ella.

¿Porque? No lo se.

—Oye espera.—Me levanto de la banca y le hablo.

Ella se voltea y viene de nuevo hacia mí.

—¿Quieres ir por un helado?.—es lo único que se me ocurrió para decir.

Ella frunce el seño y abre la boca para decir algo pero la cierra rápido.

—No gracias estoy bien.

Auch, eso dolió ella me acaba de rechazar el Helado.

¿Qué querías? Eres un desconocido.

Un desconocido sexy, claro.

Pero un helado no se rechaza.

—Bien, como quieras ahora si me voy...pero tu irás conmigo porque no acepto un No por respuesta—chillé llamando su atención.

—Estás completamente loco si crees que iré contigo, ni te conozco.

—Pero me puedes conocer.

Después de tanto rogarla ella acepta ir conmigo.

En todo el camino ella no habla, así que decido hacerlo yo.

—¿Siempre eres así?.—le digo en un tono gracioso, ella parece no entender y frunce el seño.

—Así ¿como?—pregunta pasándose un mecho de su cabello rubio atrás de la oreja.

—Que no hablas mucho—aclaro.

—Tal vez.

—Te lo dije, eres de muy pocas palabras.—Ni siquiera pensé, cuando ya me encontraba diciéndole eso.

Creo que es alguien muy fría. Y con eso me refiero a que seguramente es de las chicas que les importa muy poco la vida.

Y por como se viste y actúa—que es de negro y actúa como si quisiera matar a alguien—, podría decir que estoy en mi cierto.

Pero seguro que en el fondo, hay un corazoncito muy débil y hermoso.

—Ni te conozco, como quieres que hable—me saca de mis pensamientos.

—Buen punto.—Cuando llegamos a donde venden helados le pregunto—¿De cuál quieres?

—De fresa.—Su voz es fría eso hace que me intimide un poco.

Nada más un poco, tampoco es que fuera una asesina. ¿O si?

—Yo pedí una paleta de chocolate.—le doy una sonrisa.

—Bien.

—¿Sabes algo? Eres igual de fría que la paleta.—Digo riéndome.

—No me da risa.

—Bueno, tu corazón es igual de frío que la paleta, pero yo haré que se descongele.—digo sarcásticamente y le guiñó el ojo.

—No lo creo, no dejaría que cualquiera entre a mi corazón, no me gusta enamorarme, no me gusta ese sentimiento de estar pensando todo el día en una persona, ¿y sabes porque? Por que el amor es un asco—respondió con un semblante firme y rudo.

—No lo creo, no para todos, que a ti te hayan destruido el corazón no significa que el amor sea un asco, mírame a mi...me han destrozado el corazón pero aun así creo en el amor de verdad, y pienso que habrá alguien que si le importe lo suficiente.

Ella no dice nada y parece que solo se queda pensando.

****

Después de pasar toda la tarde hablando que cualquier tema al azar hay un rato de silencio.

—Ya me tengo que irme a mi casa, Jonh.—Suelta con una sonrisa triste.

¡Mi nombre en su voz se escucha tan bien! Pero ese no es el asunto.

—Bien, te llevare a tu casa.

—Solo te dejare que me acompañes porque es un poco tarde.

Y así fue, la lleve a su casa, ella siempre a sido mi vecina, siempre me pareció linda pero al parecer es una persona que no se fija en las demás y tal vez por eso ni siquiera sabía que existo.

Suena estúpido que no sepa quien carajos es su vecino pero así es. O al menos eso creo.

No le quise decir que yo era su vecino, tal vez ella ya lo sabe y solo se hace la indiferente conmigo.

Antes de que entre a su casa trato de darle un beso en la cabeza pero ella da un paso atrás.

—Buenas noches Jonh.

No me da tiempo de responderle cuando ya había entrado a su casa y cerrando la puerta.

Es más difícil de lo que pensé, pero así me traes loco, chica.

ENAMORÁNDOME DE TÍ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora