ENAMORÁNDOME DE TÍ (COMPLETA)

29 ☔︎︎𝙿𝚘𝚎𝚖𝚊𝚜 𝚍𝚎𝚍𝚒𝚌𝚊𝚍𝚘𝚜☔︎︎

Después de pasar toda la noche con John en el hospital regresé a mi casa para descansar un rato y buscar su libro favorito—el cual es:Yo también puedo matar. Por Sofía Reyes—ya que me le prometí ir todos los días a leerlo.

Después de ducharme y descansar un poco decido ir a la cascada.

Devuelta me encuentro en mismo lugar. Un lugar tan único y mágico como una utopía, un lugar donde puedo soñar sin límites, donde le puedo dar rienda suelta a mi alma para que esta dance al compás de mis anhelos y esperanzas.

Abriéndome paso a una realidad sin tormentos dónde mi espíritu se siente joven y sin angustias. El cielo cubierto de hermosas nubes es el único testigo de los alegres días que quedarán en un rincones de este lugar.

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Regreso al hospital y me encuentro con los chicos.

—Hola—los saludo—. Veo que están muy cansados, no se preocupen, yo cuidaré de él vayan a descansar un rato.

—Está bien, si pasa algo sabes que puedes avisarnos—habla Richard.

Asiento con la cabeza ligeramente y ellos salen, yo voy justo a la habitación de John.

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Al verlo quiero contar las ganas de tirarme encima para besarlo y acariciarlo todo el día sabiendo que estará conmigo mucho tiempo mas.

Pero también contrayendo las ganas de llorar, llorar porque se que no tenemos mucho tiempo, que nuestro cuento de hadas con un final feliz puede que no sea tan feliz.

Quería no sentir, o al menos no sentirme así. No tener miedo que cada segundo que pasaba y saber que su corazón dejaba de latir, cada vez menos.

—Cariño...—escuché su voz llamarme.

—Traje tu libro favorito—se lo mostré—¿recuerdas? No hagas esfuerzos, estoy aquí.

El sonrió y asintió, comencé a leer y leer mientras reíamos al leer cosas tan raras. Y me encantaba quería reír con el todo el tiempo.

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Seguí yendo a leer su libro todos los días y hoy era uno de ellos, iba directo a el hospital.

—Hola—lo saludé con más ánimos—¿como te sientes hoy?

—sabes que sigo igual, pero quiero creer que estoy mejor.—sonríe—Ariana, ¿recuerdas los poemas que te escribí?—pregunta, yo asiento—, quiero que vayas a mi casa los busques y te quedes con ellos, hay un cuaderno especialmente para ti, encontrarás varias cosas.

—oh cariño—lloriqueo—te amo tanto.

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Pasamos la tarde leyendo y yo tratando de escribir cosas sin sentido. Después de un rato fui a casa de John para buscar los poemas.

Toqué el tiemble pero nadie abrió al segundo tono salió una mujer algo joven que me miraba con cautela.

—buenas tardes señorita—me saluda.

—Ah, hola. Yo en realidad estaba aquí porque soy la novia de John y necesitaba burlar unas cosas en su recámara—Habló rapitadamente.

—Pase por aquí—me abre la puerta.

—Gracias.

Voy directo a la habitación de John apresurándome y agradeciendo que la joven no me hizo muchas preguntas para pasar.

Rebusco entre sus cosas y encuentro la libreta llena de poemas y tal como lo dije una libreta extra con poemas dedicados a mi. Empiezo a leerlos.

"Cariño, no puedo mirarte a los ojos y hacer como si en mi estómago no revolotearan mariposas"

"Tal vez llegue un día en que deje de verte, tal ves llegue un día en que dejemos de hablar tal vez conozcas a otras personas...
Pero créeme que si en un futuro vuelvo a encontrarte volveré a quererte."

Tomo todo lo que me dijo pero encuentro unos dibujos muy lindos y me quedo observándolos, son muy buenos.

Al estar mirando me sorprendo por ver un retrato mío, justo el que me hizo pero ahora con un poema. Eso me hace recordar lo que me dijo "¿como quieres que escriba un poema cuando el poema eres tú?" Sonrío ante tal recuerdo.

Volteo para salir de su habitación pero me detengo al mirar un libro abierto y con un lápiz en el.

Lo sostengo y retengo las ganas de sollozar al ver que es un libro que John escribió para mi. Un libro con dibujos de diferentes ocaciones.

Y es en ese momento que me siento tan amada de verdad.