ENAMORÁNDOME DE TÍ (COMPLETA)

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Maratón 1/5
;)

Después de haber pasado esa tarde tan linda, con John enseñándome a conducir no se volvió a comunicar conmigo en una semana, ¡una semana!. No se qué pasó, y siempre que trataba de buscarlo y contactarlo el me evitaba y no se. No se, porqué.

Ya estaba en el instituto, justo en la última clase, Literatura, estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuchaba a la profesora, y así se pasó la hora, y por estar pensando en todo lo demás ahora no se como hacer la tarea.

-Ari, necesito hablar contigo.-Escucho una voz que está detrás de mi, y si, es John.

-¿Dónde te habías metido todo este tiempo?-fue lo primero que pregunté.

-Yo, tenía...tenía unos problemas familiares, Ari, perdón por evitarte y todo lo demás pero no estaba del todo bien.

-Y si no estabas bien, ¿por que no me lo dijiste? Tenía derecho a saberlo ¿no?

-Lo se, pero, por eso quiero compensarte con pasar la tarde juntos, hoy.

En realidad no podía estar ni tantito enfadada con el, el era a quien quería y me encantaba estar con el.

-Está bien-dije sin más.

Enserio que soy muy imbecil ¿no? Eso no excusa alguna, pasar una tarde con el compensa nada.

-Genial, pasaré por tu casa a las cuatro.-Sonrió alegremente.

-Me parece bien, te veo al rato, ya me vinieron a traer.

Y lo dejé para poder irme a mi casa, me duché y esperé a que John pasara por mi.

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Ya estábamos en el lugar que John me invitó, para mi sorpresa cada vez que el me invitaba a un lugar, ese lugar era más hermoso que el anterior.

Era un campo lleno de girasoles hermosos, me daban tanta paz y estar con John hacía que sintiera que me olvidara de todos los problemas.

-¿Te gusta el lugar?-Me preguntó con una sonrisa.

-¿Qué si me gusta? Claro que me gusta.

-Que bueno porque no sabía a donde traerte.-se encogió de hombros.

-Estando contigo no hace falta ir a lugares pijos-comenté sonriendo.

Y es verdad. Toda la verdad. Con John todo es lindo y no quiero nada mas.

Me siento rara pensando eso.

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Después de haber pasado un rato nos encontrábamos tratando de escalar una montaña. Si, una montaña.

-¿No descansas nunca?-Pregunté y mi voz sonaba agitada y estaba muy cansada.

-Está bien, no pudimos llegar hasta arriba pero desde aquí el paisaje es hermoso. No mas hermoso que tú; claro. Pero es lindo.

De plano con la escalada estaba tan roja, sentí mi piel arder con tal comentario.

¿Desde cuando alguien me hacía sonrojar tanto?

Nos sentamos y seguimos contemplando el maravilloso paisaje.

-Ari...-Habló el Después de un rato.

-¿Si?-Pregunté, aún mirando el paisaje.

-...Yo, yo se que...eh.

¡Oh no!