ENAMORÁNDOME DE TÍ (COMPLETA)

14 futuro

Un rato después cuando me había tranquilizado recordé las palabras que ella me dijo : Muy fácil, sal con John.

Recordaba cada vez que ella me decía que dejará a Daniel, cada vez que decía que sería mejor que saliera con John, pero por ningún motivo pensé que ella sería capaz de hacer eso.

No pensé demasiado cuando ya me encontraba saliendo de esa casa llorando sin mirara a nadie. Solo quería salir y escapar de todo esto. Era de noche y hacía frío por suerte traía un pantalón negro y un poco roto con una chaqueta negra de cuero.

—Ari, ¿te encuentras bien?

Escuché su voz y sin mirar  atrás se que se trata de el y lo confirmé cuando me doy la vuelta y lo miro caminando hacia mi, no pensé mucho cuando ya lo estaba abrazando y llorando, no entendía porque lloraba tanto...o tal vez si, me dolía y no que Daniel me usó, si no que, Eli, mi mejor amiga desde infancia me traicionó.

—Gracias por venir John.—El toma mi mentón con ambas manos y me da un beso corto en la frente y empezamos a caminar en medio de la noche por las calles frías y la luna brillando siempre. Y era lo mejor, estar con el era lo mejor, después de todo siempre lo quise a él.

Nos sentamos en una banca y empezamos a hablar de cosas sin sentido y eso me hacía reír, hasta que de pronto empezaba a llover. ¡Oh no! esto me pasa solo a mi.

—Al parecer ahora ya no eres tú quien está llorando.—Dice mientras se pone de pie.

—¿Por qué asumes que cuando llueve es por que las nubes están llorando?—Pregunto siguiéndolo.

—Oh vamos, ¿tu nunca pensabas eso cuando eras niña?

Eso hace que ria un poco

—Pues, era al...

—Vamos, corre Ari, ¡Corre!.—me interrumpió y empezó a correr para no seguirnos mojándonos.

Claramente el era más rápido y yo me quedaba atrás y eso hacía que el riera más, y mientras yo intentaba seguirlo el solo se reía de mi.

—Te miras tan tierna corriendo .—Dice mientras hace un puchero.

Le saqué el dedo corazón mientras el reía.

Pero esta vez el me tomo de la mano y dejamos de correr, y de pronto me da un beso tierno y eso hace que sienta que me electrocuta de una manera hermosa sintiendo un cosquilleo por todo mi cuerpo.

Luego de el beso nos tiramos al suelo en medio de la calle donde no podrían pasar los autos y sintiendo la lluvia caer en mi cara reíamos tanto que no me di cuenta en el momento que estábamos agarradas de la mano.

No entendía de que nos reíamos pero estando con el no importaban los "¿Porqué ?" Estuvimos un rato ahí tirados y después nos paramos para ir a casa, y claro para el, la noche era larga y no necesitaba ir a su casa.

Y después de un rato nos encontrábamos en la cascada, la lluvia ya había parado.

—¿Qué dices si mañana comenzamos las clases de motocicleta?—pregunta de la nada.

—¿Eh?—Fue lo único que pude decir por estar distraída.

—Es que yo te dije que te enseñaría, pero pues en eso, la señorita decidió olvidarse de mi.