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Zeus

━━ ¿Por que sigues creyendo en tu Dios?━━ en un tono lleno de molestia habló el Rey de los dioses.

━━ Si me tienes aquí frente a ti.

Bastante irritado de que la mortal no cayera a sus pies. No le hiciera el más mínimo caso a sus invitaciones, nada funcionaba con ella, seguía devota a su religión. Sin ceder a aceptarlo como un dios sin siquiera responder a sus propuestas románticas.

La sangre le herbia por ser rechazado una y otra vez, la devota mujer, tan firme como siempre, no parecía poder doblegarse ante nada, manteniendo su fiel promesa cumpliendo su voto de castidad, entregandose en su totalidad a Dios.

Pero no a el, ese era el problema, el no era su dios, por que si a alguien debía entregarse en cuerpo y alma era a el, Zeus, el Rey de los dioses, un olímpico el más importante de todos.

━━ Zeus━━pronunció el nombre del dios con una tranquila y reconfortante voz, abriendo los ojos, al sentir la presencia de la deidad. Se mantenía arrodillada frente a su cama, con las manos juntas, la mujer acababa de terminar sus rezos.

━━ Ya te he dicho que no puedo aceptarte, espero y puedas perdonarme, tu corazón no debe albergar emociones negativas.

Tomando aire, reprimiendo sus ganas de gritarle, era más frustrante que haber visto a Iris practicar el budismo, siendo ella una diosa griega. Aún asi camino hasta la de cabellos castaños y le dejo un bello ramo de flores griegas, escuchar las dulces palabras de agradecimiento de la mujer era suficiente.

A pesar de no ser correspondido en ningún sentido, seguiría velando por el bien de la mortal, cualquiera quisiera aprovecharse de una mujer tan pura, su ______ era un verdadero ángel caído del cielo, claro que si se basaba en lo que decia religión Cristiana.

(...)

La mujer de cabellos castaños se encontraba vestida con su ropa negra con blanco, su conjunto de monja, propio de la escuela en donde daba clases a pequeños.

Paseaba con un grupo de niños, cantando algunas canciones, se dirigían a un pequeño Museo.

El grupo fue interceptado por un hombre que apartó a la mujer de los niños, los menores no pudieron hacer nada más que gritar el nombre de nombre de su maestra y llorar.

Apuntando un arma en su cuello, amenazando con herirle si no le daba efectivo. La femenina cerró los ojos, para comenzar a rezar en voz baja, soltando algunas lágrimas por el punzante dolor y la sangre goteando.

Dejó de sentir la presión ejercida en su cuello.

Al abrir los ojos se topó con el dios y el derribado ladrón.

━━ Cuidate ¿Si?

━━ Gracias...Zeus.

Entonces el dios desapareció.

𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 ━━ 𝘖𝘕𝘌 𝘚𝘏𝘖𝘛𝘚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora