𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 ━━ 𝘖𝘕𝘌 𝘚𝘏𝘖𝘛𝘚

XXI

Hades

Corrían los años antiguos donde los dioses griegos estaban en todo su esplendor, como el centro de atención, ofrendas, oraciones, templos y todo lo que podían pedir.

Un pueblo que los adoraba.

En ese entonces yo era el oráculo, el oráculo recidia en mi para impartir profecías, fue movido para que su uso fuera más práctico según Apolo, por lo tanto yo tenía que estar con el en todo momento, cuestiones de seguridad y todo eso.

Cuando se reunía con los olimpicos me quedaba el dia libre, podia estar sola.

Les contaré esta olvidada historia que ocurrió mucho antes de que persefone fuera secuestrada, el primer amor del dios del inframundo.

Y la legítima reina del inframundo.

(...)

Levantaste tu vestido blanco con pliegues para poder meter los pies en el pequeño río que pasaba.

───Nos volvemos a ver linda───se oyó una voz a tus espaldas.

Miraste hacia atrás sin interés rodando los ojos, conocías esa voz altanera.

───Héracles...

Se arrodilló en donde estabas y coloco su mano en tu hombro.

───¿Has considerado mi propuesta?

───Ah...si───miraste tus uñas con más interés que su propuesta.

───No me casare contigo───soltaste sin interés y son siquiera voltearlo a ver, mientras hacias un ademán con la mano indicando que se fuera.

Disgustado por perjudicar su ego, empezó a apretar tu hombro con más fuerza.

───No es muy amable de tu parte rechazarme.

───Sueltame...me estas lastimando.

───Sólo si aceptas princesa.

Hiciste una mueca y lo miraste mal, preferias que te rompiera el hombro a estar con un semidios mimado.

Incluso preferias a Dionisio.

Detrás de Héracles el suelo dé abrió y algunos huesos salieron a la luz con una misteriosa presencia.

El hombre pálido te quitó a Héracles de encima, el semidos se molestó y se volteó para confrontar a quien lo estaba molestando, cuando vio quien era se encogió de hombros y con una cara de miedo.

───Sólo déjala ya, si no quieres que te reduzca a cenizas.

El héroe se fue sin poder hacer nada.

───¿A quien debo agradecer?───preguntaste hacia el hombre de túnica negra.

───Hades.

───Gracias.

El dios de la muerte había salido en defenza de la señorita, odiaba a los charlatanes que intentaban cortejar damas y querían propasarse.

Siempre hacia un solo movimiento pero esta vez decidió salir el, no sabia el por que pero agradecía poder ver de cerca a la mujer.

Aunque no pudo admirarla mas debido a la llegada de su sobrino.

───Ya terminó todo───hablo el dios rubio.

───Te dejo 5 minutos sola y te metes en líos amorosos───bromeó Apolo.