Nunca había dormido tan poco en mi vida, toda está semana la viví tomando tanto que ya no se cuántas botellas iba, salía de mi departamento para compar más, más y más.
Volví al principio.
La biblioteca se las encargue temporalmente a Tom y Aby, confío en esos chicos más que en mi misma. Mis amigos les mentía diciéndo que no estaba en casa, que llegaba cansada de danza o de la biblioteca. Desgraciadamente la única que veo de vez en cuando es a Jazmín, siempre diciéndome esos comentarios de ella y Lucas o de qué siempre me ve con alcohol encima.
No la empujó del ascensor porque no quiero ir presa tan joven.
Solo finjo indiferencia y la ignoro.
Se que estoy haciendo mal en tomar excesivamente pero es lo único que me calma, me desconecta del dolor que siento. A la vez, se esta volviendo una tortura porque no puedo evitar que mis pensamientos se vayan a mis padres y en la carga que puedo a llegar a ser para los demás. Me dejó hundir en ese pozo negro como una cobarde cuando las personas que le daban balance a mi vida sé escaparon de mis manos como agua.
Miro el techo de mi habitación sintiendo como las lágrimas quieren salir. Evite a toda costa llorar cuando me encontraba lúcida, estuve al borde varias veces pero me niego a llorar. No quiero.
Sábado por la tarde la chica de la tienda donde le compro siempre alcohol me invitó a una fiesta, desde hace unos días está invitandome y yo solo rechace su oferta. Me dió su número para que lo confirmé y todo. Pero hoy me entró la duda, la curiosidad de ir, así que estoy debatiendo en sí, ir o no.
Suelto un suspiro justo cuando tocan la puerta de mi departamento. A regañadientes me levanto con pereza, me cubro bien mi cabello castaño y parte de mi frente con la parte superior de mi sudadera negra. Al abrir la puerta no puedo evitar sorprenderme al ver a Lucas: está vestido completamente de negro como es común en él.
Paso saliva al ver su rostro.
Oh oh, está serio.
— Kay Harrison.
— Lucas Brown. —sonrió forzadamente porque en serio no quiero que me vea así.
— Qué te pasa? — pregunta mirándome preocupado y enojado.
Suspiro, apoyándome en el marco de la puerta. Él me mira con una ceja alzada y yo solo lo miro en silencio, mentalizandome para fingir estar bien.
— No entiendo tu pregunta, no me pasa nada, estoy bien. — me quito la capucha y me cruzó de brazos.
Él me mira fijo a los ojos como detallandome, escrutandome y lo que me extraña es que ahora solo en su mirada hay preocupación, borro el enojo.
— Kay tienes grandes ojeras, luces pálida, no te veo hace días, solo nos evitas, me evitas y... Jazmin me dijo que siempre que te ve tienes alcohol encima, y tú no bebés tan..— lo interrumpo.
Esto es lo que no quería: preocuparlo. Pero mis mismas acciones crean eso. Tal vez tenga que fingir mejor
— La rubia no sabe lo que dice y no estoy durmiendo muy bien porque estoy ocupada con la biblioteca. — digo en tono de obviedad. Lucas me mira con los ojos entrecerrados.
— Harrison no me mientas, no finjas conmigo. — zanja serio y yo me pasó las manos por la cara, sé que tiene razón.
Vamos, Kay, es Lucas sabe cuándo mientes y una verdad a medias es mejor que nada.
Suspiro.
— Bien, estoy teniendo momentos malos pero sé que van a pasar, no es nada de que preocuparse. — aseguro, aunque no se si será así. — Sé que los estoy evitando pero solo quiero mi espacio, y antes de que lo piensen; no me voy a matar, no me drogo, no soy narco o me persigue la mafia china, solo tengo malos días. — termino de decir porque apuesto a que Ian pensó todas esas ocurrencias.
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Amándote
Teen Fiction[ Romance ] +18 Siempre estuvo en mi vida, en cada momento y en cada recuerdo habitado de mi mente pero no sé en qué momento comencé a enamorarme, a amarlo y verlo de una forma distinta. Solo sé que seguiré Amándote por siempre. Atte: Kay Harrison...