Capítulo 22

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Podemos ser muy inteligentes, saber lo que pasará si hacemos esto o decimos aquello pero cuando nos dejamos llevar por los sentimientos, cuando le damos el total control al otro, nos agregamos a la lista de los que tropezaron con la misma piedra. ”

Lo termino de escribir y entro a la aplicación de cámara para tomarle una foto así pasársela a Ricky.

— Te sirve? No creés que es.. básico.

Apoyo mi teléfono en la mesada de mi cocina mientras sigo en llamada con él, me escribió porque necesitaba ayuda en algo sobre su libro. A mí? Él me pidió ayuda a mí? Casi grité cuando me escribió.

Lo básico es lo justo y necesario. — me dice y escucho cómo teclea en su computadora. — Me gusta a mi que soy el escritor, así que no lo cuestiones tanto.

Sirvo jugo en el vaso que me regaló Diana, literalmente desde que tiene uso de razón siempre me a regalado vasos de todos los colores y dibujos que hay.

— Me gusta la perfección. — me defiendo. — Será por eso que deje de escribir.

Escribías?! Ay, a qué edad?

Tal vez desde los once. — dudo. — Escribías cosas muy bizarras, desde un unicornio amargado viviendo en la tierra que se enamora de la reina hadas de los dientes.

Escucho la carcajada de Ricky a través del teléfono y no negare que también me da gracia.

Y al final quedan juntos? — pregunta divertido.

Tomo un sorbo y me quedo pensando.

— Creo que no, el unicornio tubo que volver a su mundo porque en la tierra lo querían capturar y la hada no podía decepcionar a los niños, así que ella no podía ir con él. — hago puchero, a la vez que con Ricky hacemos un sonido de tristeza. — Que triste.

Creo que voy a llorar. — me dice. — Igual tiene potencial, yo lo leería.

— Por lastima. — le digo con gracia, ante un recuerdo sonrió. — Cuando le contaba a mis amigos del colegio todos decían que era muy loco el libro y como toda sensible me ponía a llorar.

Aw. Que niños tontos.

Me rio.

— Bueno, era medio loco el libro. — me encojo de hombros. — Pero lo lindo era que mi mejor amigo siempre me defendía y para Halloween él se vistió de unicornio por mí.

Una calidez se instala en mi pecho al recordarlo. Había llorado tanto porque a nadie le gustaba mi libro, entones, Lucas llegaba a consolarme, me defendía y al llegar Halloween se disfrazó del unicornio de mi libro, es uno de los mejores recuerdos que tengo con él.

El suspiro de Ricky me devuelve a la realidad.

Kay, si no estás con él, dime dónde lo dejas que voy a buscarlo.

Suelto una risita al escucharlo.

— Lo tendré en cuenta. — le sigo el juego.

Seguimos hablando sobre su libro hasta que él tiene que irse a hacer sus cosas, y justo cuando corto la llamada el timbre de mi departamento suena.

— Quien? — alzo la voz.

— Nosotros!

Ruedo los ojos.

— Idiotas. — murmuro al escuchar la respuesta de Ian y Luisa.

Termino de ponerme la sudadera roja de Lucas, me dirijo a la puerta para abriles a los dos que están con comida en mano y me miran de una forma indescriptible.

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